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El primer semestre de este año fue positivo para Monómeros, algo que no muchas empresas en el país pueden reportar en medio de la pandemia, pues registró una utilidad operacional por $38.910 millones y ventas por $515 mil millones, con crecimientos del 221% y 30% frente al 2019, respectivamente.

Además, cerró el periodo con un EBITDA de $52.495 millones, lo que representa un incremento de 374% respecto al mismo periodo de 2019 (-$19.131 millones).

La utilización de la capacidad de las plantas de producción de Monómeros en los primeros seis meses de 2020 llegó a un 71%, mientras que en el mismo periodo de 2019 estaba en un 54%.

El volumen de producción proyectado de la compañía, cuya planta principal está en Barranquilla, para el cierre de este año es de 600 mil toneladas y al menos el 95% se destina para la comercialización en el mercado interno de Colombia.

'Estamos buscando extender la venta de productos en el exterior, estamos haciendo algunas exportaciones y pensamos que es una alternativa para crecer. El campo colombiano tiene mucho potencial pues las cifras indican que tiene 24 millones de hectáreas cultivables de las cuales sólo el 6% está adecuado', dijo el gerente de la compañía, Gustavo Sol.

Cambios

El panorama de la compañía productora de fertilizantes no es el mismo de hace un año cuando reportaba pérdidas por $32 mil millones en el primer semestre, tras cerrar un 2018 con cifras en rojo cercanas a los USD20 millones.

Cuando la empresa filial de Pequiven quedó bajo la administración del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, entre marzo y abril de 2019, la proyección que tenían sus directivos era que las pérdidas en 2019 llegarían a los USD60 millones, no obstante esta tendencia cambió y alcanzaron ganancias por $7.844 millones en el segundo semestre de ese año.

En el último año la empresa obtuvo importantes logros como el levantamiento de la medida de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de EE. UU. (OFAC) en junio de 2019, la cual le imponía restricciones a su operación. Además, en febrero de este año fue levantada la medida de control que le había impuesto la Superintendencia de Sociedades.

De igual forma, la nueva junta directiva realizó varios hallazgos a los que se puso freno como el pago de millonarios dividendos a pesar de que la empresa registraba pérdidas y la millonaria contratación de tres aviones privados para que estuvieran a disposición permanente.