La Semana Santa tradicionalmente es una época de activación de la economía colombiana. Sectores como el de comercio, hotelería, transporte, entre otros, se benefician del incremento del turismo que propicia estos festivos. Para 2018 se espera que el turismo religioso mantenga el desempeño que ha venido mostrando en los últimos años.
Gustavo Adolfo Toro Velásquez, presidente ejecutivo nacional de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), señala que 'indudablemente, el turismo religioso genera un gran potencial de desarrollo para muchas regiones de Colombia. Normalmente el turista religioso adquiere muchos artículos relacionados con su creencia en el municipio que visita. Este puede obtener bienes religiosos según la oferta del municipio, consumir alimentos y bebidas, etc.', agrega.
Por su parte, David Díaz Florian, profesor del IEEC de Uninorte, dice que el turismo religioso en el mundo está recobrando su dinamismo: el interés en la espiritualidad y en los retiros espirituales hacia ciertos lugares con patrimonio religioso o paisajístico, se ha visto impulsado en la última década. Para Díaz, la contribución al gasto en consumo en alojamiento y restaurantes y, por ende, al empleo directo e indirecto que genera esta actividad es importante.
Según la Organización Mundial de Turismo (OMT) y la Asociación Mundial de Viajes Religiosos (WRTA), aproximadamente entre 300 y 330 millones de turistas viajan por motivos religiosos cada año en el mundo, lo que genera alrededor de 18.000 millones de dólares anuales.
La OMT identifica tres beneficios de este tipo de turismo: crea conciencia sobre el patrimonio común de la humanidad y provee recursos para la preservación; puede contribuir al desarrollo local; y contribuye al entendimiento cultural de los pueblos.
El sector ganador
Las 22 catedrales y más de 25 basílicas que tiene Colombia motivan anualmente la movilidad de millones de feligreses y turistas que generan un flujo de ingresos en consumo, combustible, hoteles. Una dinámica que impulsa directamente la ocupación e ingresos hoteleros, los servicios turísticos y bienes adquiridos, lo que lo convierten en el sector más beneficiado del receso de Semana Santa.
Según el Dane, en los meses en los que se conmemoró la Semana Santa en 2016 y 2017 se reactivó de forma relevante la actividad económica real del país por el crecimiento del turismo y del flujo de divisas. El índice de seguimiento de la economía mostró un crecimiento en marzo de 2016 de 3,7% y en abril de 2017 de 1,4%.
Un factor determinante de este desempeño fue el crecimiento de los ingresos reales hoteleros en esos meses: de 11,3% en marzo de 2016 y de 1,4% en abril de 2017. A su vez, esto generó un incremento en el subsector de hoteles, restaurantes, bares y similares.
Recientemente, el Ministerio de Comercio Exterior de Colombia publicó una guía turística muy completa de turismo religioso y de peregrinación. 'Los precios de los alojamientos y desplazamientos a los lugares de oración o contemplación y diálogo son muy variados pensando en todos los segmentos de la población', dice Díaz.
Desde el 2010, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo ha invertido más de 3.809 millones de pesos para dinamizar esta práctica. Además, según Presidencia, para la última visita del Papa Francisco el Gobierno destinó cerca de 28.000 millones de pesos que dieron como ganancias 280.000 millones de pesos. Los más beneficiados de la llegada del pontífice fueron los sectores de restaurantes y comercio con un crecimiento en las ventas entre 35% y 50%.
Aunque la Semana Santa produce un efecto diferente en el comportamiento de los sectores de comercio e industria, hay que tener en cuenta las caídas que generalmente se presentan en otros sectores durante la fecha. Alexander Villarraga, profesor del IEEC de Uninorte, explica que esto se conoce como el efecto calendario.
'Se da porque durante la Semana Santa hay más días no laborales, y por lo tanto la actividad en diferentes ramas de la economía se ve afectada', dice. Lo común es que los consumidores habituales de bienes manufacturados destinen sus ingresos para actividades religiosas, turísticas o recreativas.
En este mismo sentido, Toro plantea que los destinos religiosos generalmente no desarrollan producto turístico alrededor de la peregrinación que hacen los visitantes. 'La gente va a visitar los sitios y a ceremonias religiosas, pero no hay más que hacer en ese municipio, pues los actores turísticos no se han articulado para que una vez la gente llegué a visitar se puedan hacer otras actividades'. Aquí hay una oportunidad que el país debe aprender a aprovechar de mejor manera para la economía.
Desafíos
El turismo religioso es tan antiguo como la religión misma; sin embargo su uso potencial como herramienta que promueve el desarrollo inclusivo y sostenible es relativamente reciente. La OMT resalta los principales desafíos a los que debe hacer frente el turismo religioso: la preservación de lugares religiosos y monumentos; promover el respeto por las tradiciones locales y las prácticas religiosas; y el desarrollo inclusivo de las comunidades locales. Cualquier estrategia que busque aprovechar el turismo religioso debe enfocarse en alcanzar los beneficios máximos sin olvidar los desafíos que esta actividad implica.
*Alexander Villarraga, profesor del IEEC.