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Camilo Rubiano Becerra, especialista en políticas públicas y analista del sector ganadero, no ocultó su preocupación por las repercusiones de los brotes de fiebre aftosa en Colombia y pide al Gobierno que rectifique y devuelva a Fedegán el control de vacunación.

En entrevista con El HERALDO, el abogado de la Universidad Javeriana estimó las pérdidas en el sector por $160.000 millones. Además afirmó que el país tendrá un desplome en las exportaciones de la carne de ganado y se profundiza la pérdida de confianza del Gobierno en la actividad.

¿Cómo se dimensiona la pérdida del estatus sanitario en Colombia por los brotes de fiebre aftosa?

Es un tema preocupante. Desde el 2009 no se presentaban brotes y, obviamente, logramos en ese año que nos certificarán libre de la enfermedad por vacunación. Eso fue importante para la ganadería, porque se logró abrir nuevos mercados que exigían ese estatus sanitario. Al volver otra vez con brotes en Tame (Arauca); Yacopí y Tibacuy (Cundinamarca) y el área rural de Cúcuta es algo muy delicado. Genera una repercusiones bastantes graves para el sector que, algunos, ya cuantifican en más de $160.000 millones.

El Gobierno ha tomado medidas, pero ¿qué hace falta todavía?

El Gobierno tiene que asumir una responsabilidad ante el país y tiene que haber un mea culpa por parte del ministro de Agricultura y el director del ICA. ¿Cuál es el mea culpa? Decir que se equivocaron y lo reconozcan. El programa de vacunación que llevaba Fedegán estaba cumpliendo y cubriendo la totalidad del hato. Que digan que agradecen al gremio ayudar para que esto vuelva a la normalidad. El programa de Fedegán ha podido tener algunas dificultades, que pudiera criticarse, pero al final tenía al país libre de aftosa. En este momento el programa que está manejando el Gobierno para controlar la fiebre no lo logró. Que acepten la ayuda y entreguen el programa que manejó bien Fedegán.

¿Qué pasará con las exportaciones?

Estuve reunido con ganaderos de Santander y admiten que sí han reducido sus ingresos y se están cerrando los mercados de países del Oriente Medio, donde estaban adelantando negociaciones. Este problema está cerrando las fronteras. Las exportaciones en el sector ganadero están cayendo. Y es que el Gobierno no le ha puesto atención al sector. La actividad en el 2008 generaba alrededor o más de USD700 millones y el año pasado cerró con USD85 millones. Las cifras son claras y dejan ver la animadversión del Gobierno a los ganaderos. Y lo vemos reflejado con un presupuesto que presentan para el 2018 reduciendo casi el 30% a la partida del sector agropecuario en casi un billón de pesos.