Otra dura derrota. Otra caída que pega duro y carcome la confianza. Otro revés que desnuda falencias y le da un toque de realidad a un Junior que se mueve en medio de una espantosa irregularidad.
Los rojiblancos cayeron este domingo 1-0 frente al Deportes Tolima, en ‘el Metro’, y enlazaron dos derrotas consecutivas de local —la otra contra América de Cali— en menos de cuatro días.
Lo que parecía la oportunidad perfecta para dar un golpe sobre la mesa, con tres partidos seguidos en casa, terminó siendo una semana lamentable, donde Junior solo sonrió en el triunfo 2-0 frente al Pasto. A partir de ahí, lamentos y más lamentos. Caída 2-1 ante América y derrota 1-0 frente al Deportes Tolima. En ambos partidos un común denominador: la falta de eficacia y la fragilidad defensiva.

Los rojiblancos protagonizaron este domingo un primer tiempo dinámico, agresivo, con dominio del balón, creando múltiples opciones, pero pasó lo mismo de siempre: se falló en la última jugada, en el remate decisivo, y atrás, en la primera llegada del rival, gol en contra para ‘remar en contra de la corriente’, con la desesperación a cuestas.
En los primeros 10 minutos, Junior tuvo cuatro opciones claras de gol. Una de Enamorado, una doble con Paiva —en un mano a mano— y Yeison Suárez como protagonistas y otra, nuevamente, con Enamorado, que lo hizo todo bien, pero que vio cómo el defensor Marlon Torres despejaba el balón cuando ya iba a traspasar la línea de gol.

Parecía que la notación tarde o temprano llegaría, porque Junior imponía condiciones y se veía fuerte, dinámico, rápido. Pero no, a la primera contra, gol del Tolima. Yhorman Hurtado se metió por un costado del área y metió un pase a atrás que encontró a ‘Tatay’ Torres solo, ‘como pedro por su casa’, para empujar la pelota al fondo de la red.
Duro golpe, baldado de agua fría. Un gol que removió cimientos y fraccionó la confianza.
Junior siguió en lo suyo. Ya no llegaba con elaboración, pero lo hacía a través de la pelota quieta, con cabezazos de Paiva y Didier Moreno, este último defectuoso, cuando estaba solo, en clara posición de gol.

Pero la más clara la volvió a tener Enamorado, que desaprovechó, en solitario y dentro del área chica, una gran asistencia de Paiva, sacando un remate débil, a las manos de Neto Volpi, cuando la jugada le pedía un disparo cruzado. Lamentable.
Junior caía, pero en medio de todo jugaba bien y dominaba. Pero llegaron los errores. El técnico Alfredo Arias, llevado por la desesperación, realizó dos cambios en el entretiempo y los rojiblancos fueron otro equipo en la segunda parte, uno más lento y con menos ideas. Uno que carecía de intensidad y elaboración. Uno que dejó de llegar con peligro y se desconectó por completo de Paiva, el socio de todos en la primera parte.
El Tolima se sintió más cómodo y cerró su arco, dejando ‘viendo un chispero’ a todos en el Metro. Otra caída que marca.