Era muy bonito para ser realidad. Junior, en un ataque de efectividad —muy raro en este equipo— se inspiró en cuatro minutos y anotó dos goles, que por el tiempo de juego que restaba, pero especialmente por la pasividad del Unión, parecían certeros para lograr la primera victoria en la era ‘Bolillo’ Gómez.
Pero lo que hicieron con la mano lo borraron con el pie… ¡y también en cuatro minutos! Los rojiblancos permitieron la reacción del ‘Ciclón’, cuando ya el partido agonizaba, conformándose con un empate amargo —amarguísimo—, que dejó, incluso, con un leve sabor a derrota, por lo que pudo ser y no fue.
Junior igualó 2-2 frente al cuadro bananero en otra edición del clásico costeño. Vladimir Hernández y Sebastián Viera —este último de tiro penal— ilusionaron a la hinchada rojiblanca con sus goles, pero Isaac Camargo le amargó la tarde a los rojiblancos, anotando al 89’ y 92’.
Partido cerrado, que mostró dos facetas. Un primer tiempo carente de emociones, donde los rojiblancos tuvieron más dominio, sin ser claros y efectivos adelante, y una segunda parte mucho más emocionante, llena de goles, aproximaciones y hasta de errores arbitrales.
Vladimir aprovechó un error del ‘Caballo’ Márquez para anotar un golazo, dejando a un rival regado en el camino y definiendo con clase para el 1-0 parcial.
Cuatro minutos más tarde, Viera transformó en gol un penal claro sobre Wálmer Pacheco.
Pero este Junior es una ruleta rusa. Con este equipo no se puede dar nada por seguro, ni para bien ni para mal.
A dos del final, cuando ya era cuestión de manejar los tiempos a la espera que bajara el telón, Isaac Camargo descontó, aprovechando un descuido de la defensa rojiblanca. Y en el descuento, Viera falló en una salida y permitió el tanto del empate, también de Camargo, esta vez de cabeza.
Sobre el final se presentó la polémica arbitral, ya que Carlos Betancur dejó de pitar un penal claro a favor de Junior en el 99’, en la última acción del partido. El central también le perdonó la roja a Joel Contreras que agredió sin balón a Pacheco.
Pero eso es anécdota. La realidad es que Junior se dejó empatar un partido que tenía en el bolsillo, demostrando —una vez más— la falta de jerarquía de un equipo que, pese al empate, vuelve a decepcionar.