Los últimos días en Junior han sido una montaña rusa de emociones. La crisis de resultados —que incluyeron dos derrotas ante Unión—, las críticas por el mal juego, la salida de Juan Cruz Real, la llegada —¡por décima vez!— de Julio Comesaña, el partido decisivo contra el ‘Ciclón’, la clasificación a una final.
Todo lo vivido llevó a que el grupo de jugadores a estallar de felicidad cuando finalizó el juego en el Santa Marta, ante el Unión, tras el excelente quinto cobro de Carlos Bacca, en la fatídica tanda de los penaltis.
'Fuimos superiores en el partido y nos vamos contentos, porque pasamos una final, porque lo necesitábamos, el grupo se lo merece', dijo Fabián Sambueza, el encargado de igualar la apretada y disputada serie ante el ‘Ciclón’, con su tanto al minuto 69.
El argentino, protagonista muchas veces de goles importantes para Junior, volvió a hacerlo. Cuando más se necesitaba, apareció para darle vida al Tiburón, que no veía la forma de perforar la férrea defensa del cuadro azulgrana.
'Son muchas emociones encontradas, pero agradezco a Dios por cada momento bueno vivido en Junior. Ya son varios. Este tiene un sabor especial, porque mi esposa lo predijo. Ella me dijo que iba a marcar y así pasó. Le mando un saludo grande', contó.
Dejar a Unión en el camino tiene un sabor especial. No es solo el haber despachado al archirrival, sino es la revancha a dos caídas dolorosas que antecedieron esta felicidad.
Atrás quedaron esos dos tropezones, porque al final Junior sacó la jerarquía y las charreteras para imponerse en el juego más importantes de los tres disputados, cuando tenía todo en contra.
'El clásico importante era este, porque daba un cupo a una final, así que ganamos el más importante', afirmó Fredy Hinestroza, que no se ahorró elogios para el rival.
'Unión hizo una gran serie, tiene un gran equipo, muy ordenado, pero gracias a Dios se nos dio el resultado', dijo.
'Lo complicado es que nos encontramos un equipo muy cerrado, ellos tenían las líneas muy angostas, pero nosotros tuvimos mucha paciencia a lo largo del partido, sabíamos que eran 90 minutos y lo pudimos lograr', agregó.
OTRA FINAL PARA JULIO
Pero si hubo un protagonista en este juego de vuelta de la semifinal de Copa, ese fue Julio Avelino Comesaña. El técnico colombo-uruguayo le agradeció a Dios ya la vida el que le hayan permitido vivir esta emoción nuevamente al frente del equipo de sus amores, algo que no se esperaba.
'El de arriba siempre me está mirando, es increíble, a veces hasta me asusto, porque me hace cosas que no me espero. Haber vuelto al Junior en estas circunstancias, acá —en Santa Marta—, en un partido que fue una fiesta de fútbol, porque los dos equipos se comportaron sin peleas, sin dar golpes, jugando, entregando el corazón, y toda la gente lo disfrutó. Al final, gracias a Dios, logramos un triunfo importante para llegar a una final, que ya sabemos cómo es con Millonarios', expresó.
Comesaña reiteró que la clave está en saber interpretar lo que quieren y disfrutan los jugadores.
'Cuando uno tiene jugadores de fútbol como estos, si uno los estudia detenidamente se da cuenta cuál es la interpretación y la emoción que a ellos les genera determinado tipo de juego. No como Comesaña quiera sino como los jugadores sienten el juego'.
Por último, también elogió al Unión, un equipo que viene haciendo las cosas bien y que ante Junior, pese a la derrota, demostró, una vez más, que puede competir de tú a tú con el que quiera.
'Unión es de los equipos más peligrosos que hay, porque hace los goles que necesita para ganar y porque es difícil hacerles los goles que necesitas para ganarles', concluyó.