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Terminó pesando la gran cantidad de bajas en Junior. El equipo finalmente sintió las ausencias que limitaron a solo 15 los jugadores disponibles para enfrentar a Coquimbo Unido en la Copa Sudamericana. 

Los habituales titulares que se salvaron de la ola de Covid-19, lesiones y expulsiones en el equipo, sintieron el desgaste de la seguidilla de partidos, mientras que los frescos, que recibieron la oportunidad de actuar ante tantos inhabilitados, no respondieron con el fútbol, el carácter y la garra que se requería para compensar la falta de otros jugadores que venían con más ritmo.

Coquimbo Unido le hizo honor a su nombre y con corazón, entrega, lucha y solidaridad, superaron a un Junior que empezó bien, pero que se fue desinflando.

Junior encaró a un adversario combativo y entusiasta que se empeñó en tratar de blindar su portería y sorprender en la de Sebastián Viera con rápidos contragolpes y repentinos pelotazos que fueron bien controlados por la zaga rojiblanca en el primer tiempo. 

Con cinco hombres en el fondo, una línea de cuatro en el medio y Joe Abrigo solitario, Coquimbo afrontó los primeros minutos de estudio ante Junior, que tenía en Edwuin Cetré y Fabián Viáfara a sus hombres más activos e inquietantes.

A falta del bombillo creativo de Teófilo Gutiérrez, los Tiburones se encomendaron a sus extremos. Freddy Hinestroza no apareció tanto, pero Cetré se quería tragar la cancha.

Y luego de un susto en el área de Junior ante un centro que Abrigó no pudo conectar, Cetré aprovechó un momento de inspiración y, como si el espíritu de Teo se hubiese apoderado de él, filtró un pase majestuoso y quirúrgico hacia Miguel Borja, que apareció con su habitual potencia para hacerlo valer en la portería adversaria. Cuando el cordobés se disponía a resolver, el cancerbero Matías Cano se llevó el balón con todo y jugador en su aparatosa salida.

El árbitro venezolano Jesús Valenzuela no dudó en sancionarlo y los hombres del VAR no tuvieron ningún reparo.

Cano resultó golpeado en la jugada y recibió atención médica durante siete minutos. Después de la larga espera, Borja, como de costumbre, acertó desde los doce pasos y puso a ganar a Junior.

Coquimbo trató de reaccionar con más fuerza y deseos que con verdadera claridad y procuró algunos acercamientos con pelotas aéreas que no pasaron a mayores. 

Junior mantuvo su ventaja con un cuarteto defensivo concentrado y sin goteras, con dos centrales seguros y fuertes, dos laterales veloces y despiertos, y con Fabián Ángel y James Sánchez respaldando a los de la zaga y a los de la ataque con pragmática y precisa entrega del balón.

Pero en el segundo tiempo todo se hizo más difícil. Junior, ya agotado, se echó demasiado atrás y permitió que su contrincante, a punta de vigor y empuje, se envalentonara y se aproximara.Para colmo de males, Cetré desperdició una clara oportunidad para poner el 2-0. El rostro del portero se atravesó en su definición.

Coquimbo no generaba gran peligro, pero Junior se había olvidado del arco rival. Ángel y Sánchez se veían desgastados y no tenían recambio. Rangel y Borja andaban huérfanos e Hinestroza desapareció. 

El DT visitante movió su banco y su equipo tuvo aire fresco para seguir en pie de lucha e igualarle a Junior con un afortunado remate de Abrigo que se desvió en Rosero.

Ese gol afectó el ánimo tiburón e inyectó energía al Coquimbo, que con su estilo guerrero siguió empujando hasta encontrarse con el segundo en una jugada de Lautaro Palacio, una de las soluciones que llegó del banco. 

Junior terminó echando de menos a Teófilo Gutiérrez, Gabriel Fuentes y otros jugadores que no son rigurosos titulares, pero sí han tenido más acción que Luis Sandoval y Daniel Moreno, a quienes Luis Grau (el técnico en el campo porque Luis Amaranto Perea se encontraba incapacitado) envió al campo tratando de salvar el juego.

Duro golpe en medio de la dura situación, pero lo peor que pueden hacer los jugadores y todos los integrantes de Junior es rendirse. Se viene el duelo ante América en busca de la final de la Liga y el duelo de vuelta en Chile, que con el retorno de algunos de los ausentes, se puede remontar. ¡Ánimo! ¡No se rindan!