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No ha empezado el partido todavía, pero Tolima, con la anuencia de la Dimayor, ya ‘le metió un gol’ a Junior. El cuadro pijao, que perdió 1-0 el choque de ida de esta serie de cuartos de final de la Liga, el domingo anterior en el Metropolitano, repentinamente, sin avisar con la suficiente antelación a los rojiblancos, decidió cambiar de sede y recibir a los Tiburones en el Estadio de Techo, en Bogotá, y no en su sede natural, el estadio Manuel Murillo Toro, en Ibagué, por unas refacciones que supuestamente impiden el normal desarrollo del juego en el escenario, según el club vinotinto.

Junior, con el desgaste encima del partido que le ganó 2-1 al Unión La Calera, de Chile, el jueves anterior en el ‘Metro’, en el juego de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, puso el grito en el cielo y a través de un vehemente comunicado se quejó de la intempestiva modificación de la plaza. Incluso amenazó con no presentarse si el duelo se mantenía en la capital.

A pesar de la advertencia e indignación de Junior por todos los traumatismos que la determinación unilateral generaba a su planificación y los efectos adversos que pueden provocar en el estado físico de los jugadores los 2.600 metros de la altura de la Capital (sobre todo de cara al choque de vuelta ante Unión La Calera, el próximo jueves en territorio chileno), la Dimayor avaló el cambio de sede y no dio su brazo a torcer. Ni siquiera después de que Alejandro Ortiz, gerente del Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué, IMDRI, ente que administra y mantiene el escenario ibaguereño, asegurara en una misiva al Tolima y en declaraciones a los medios que 'el estadio Manuel Murillo Toro está en perfectas condiciones para jugar'.        

'A pesar de que las autoridades de Ibagué han dicho que el estadio se encuentra en condiciones normales, se determinó el cambio de sede. No ha existido forma de saber por qué. Queríamos saber por qué la Dimayor acepto llevar el partido para Bogotá, no lo hemos podido entender, nos cuesta entenderlo, pero tenemos que ir a jugar', declaró Antonio Char, presidente de Junior, en diálogo con EL HERALDO.

El máximo directivo rojiblanco se mostró inconforme e indignado, pero resignado. Después de hacer varias consultas jurídicas, comprendió que no presentarse serviría de poco y resultaría demasiado lesivo.

'Junior ha querido entender cuáles han sido las razones para cambiar la plaza, pero solo sabemos que si no cumplimos, habría consecuencias graves para el club que no podemos terminar asumiendo. No conocíamos nada, ahora que no los han hecho saber, entendemos que no hacerlo como lo expresamos (en el comunicado) sería más perjudicial para el equipo', dijo Char.