No hay mañana. Es ahora o nunca. Junior tiene que sellar hoy la clasificación a los cuartos de final de la Liga o firmará un fracaso tan grande como el estadio Metropolitano. El desafío es inaplazable. El duelo ante Chicó FC, a partir de las 6 p.m. en el coloso de la Ciudadela, es el último de la fase de ‘todos contra todos’ de la Liga.
Esta es la única vida que queda. Y para no terminar ‘game over’ en el principal torneo del fútbol colombiano, los ‘players’ rojiblancos solo tendrán que vencer al penúltimo de la tabla de posiciones. Un empate también le bastaría para avanzar a la siguiente fase siempre y cuando Equidad no derrote al América (en Cali) o Águilas no gane por cuatro goles de diferencia al Deportivo Cali (en Rionegro).
Hasta perdiendo podría clasificar si dos de sus tres perseguidores en la tabla no pueden vencer (Equidad, Águilas y Millonarios). Y si el cuadro azul, que recibe al Alianza Petrolera en El Campín, es uno de los dos que gana, tendría que hacerlo por tres goles (si Junior pierde por un tanto) para poder desplazar a los rojiblancos.
Mejor dicho: sería el colmo y una debacle mayúscula una eliminación de Junior. Pero para no estar pendiente de que Songo le dio a Borondongo y Borondongo a Bernabé, para olvidarse de las calculadoras y de las plegarias, los dirigidos por Luis Amaranto Perea están en la obligación de imponerse al cuadro ajedrezado, que ha cumplido una flojísima campaña.
Las dudas en torno a los rojiblancos son inevitables porque con la nómina que posee (y la alta inversión que reviste) ya es para que se hubiese clasificado hace rato. Es increíble que a estas alturas no tenga totalmente garantizada la presencia en los cuartos de final de la Liga y no pueda gozar de un descanso para la seguidilla de compromisos que se vienen en esta competencia (si clasifica), en la Copa Colombia y en la Copa Sudamericana.
Lo pudo hacer en Montería cuando ganaba 2-0 a Jaguares, pero mató a los felinos, se durmió y perdió gran parte del cuero. No fue miedo, fue exceso de confianza en la cancha y en el banco técnico.
Ahora, por no hacer como debían la tarea el miércoles y en las jornadas pasadas, necesitan pasar el último examen o pueden perder el año.