Bailes, champeta, sonrisas. Ese fue el común denominador de una mañana alegre y navideña en La Chinita, un barrio humilde, atacado por la inseguridad y estigmatizado, desde hace muchos años, por la presencia de pandillas y otro tipo de problemas sociales.
Pero este lunes, así sea por un momento, todo quedó en el olvido. Todo fue felicidad. El espíritu navideño se apoderó de la mayoría de sus habitantes gracias al referente que los representa en Barranquilla, Colombia y el mundo: Teófilo Gutiérrez.
El delantero del Junior volvió a regalarles sonrisas a los niños del barrio que lo vio nacer y de sus alrededores. Es, sin duda, el día que más esperan en el año, no solo por los regalos, sino también para mostrarse, para compartir y disfrutar en familia.
La jornada arrancó oficialmente a las 10 de la mañana, pero desde que salió el sol comenzaron los niños y las familias a aglomerarse de a poco en los alrededores de la casa de Teo. Ahí, mientras quemaban tiempo, bailan y concursaban, animados por la música que identifica al sector, la champeta.
Teo apareció al medio día en medio de la multitud con una camisa de su fundación. Saludó y compartió con todos. Fue difícil su arribo al lugar por la cantidad de gente aglomerada, que no dejaba de tocarlo, abrazarlo y felicitarlo.