Mientras en Barranquilla Julio Avelino Comesaña comenzaba con los jugadores titulares su novena batalla en Junior y decía que tenían que 'jugar como campeones', en Cúcuta, de la mano de Luis Grau, los emergentes acumulaban la novena jornada del equipo sin vencer en la Liga Águila y daban ejemplo de cómo no se debe seguir jugando si se quiere ganar la novena estrella.
Los Tiburones cayeron 2-1, en un partido en el que ya no tenían el estrés ni la urgencia de conseguir un empate o una victoria porque ya se encontraban clasificados. Por eso, y teniendo en cuenta que el miércoles ante el Melgar de Arequipa se juegan un partido crucial en la Copa Libertadores que podría darles el tiquete a la Copa Sudamericana, el conjunto rojiblanco se trasladó la ciudad fronteriza con una nómina de suplentes.
El cuadro motilón, que estaba eliminado, se impuso con anotaciones de José Pérez y Jhonatan Agudelo, a los 4 y 15 minutos del primer tiempo. Michael Rangel, a los 23, conquistó un golazo de media vuelta para el descuento.
Fue un partido lleno de imprecisiones en el que muchos jugadores rojiblancos evidenciaron las razones por las cuales se encuentran más tiempo en el banco que en la cancha.
El mejor momento de Junior fue después del gol de Rangel, quien protagonizó la mayoría de acercamientos en busca del empate.
El delantero santandereano, que suma cuatro goles en la Liga, provocó un penal que el árbitro no sancionó y estrelló un tiro libre en el palo.
Sin embargo, al ‘Tiburón’ le sigue faltando agresividad y filo en los dientes para devorar a sus adversarios y morder triunfos de nuevo. Recuperar eso, jugar como campeones y no como en Cúcuta es el desafío de Comesaña.