Era tan popular, admirado y reconocido como lo es Luis Díaz en la actualidad. Y con la desventaja de que no existían las redes sociales ni el internet en sus días de gloria. Miguel ‘Happy’ Lora era campeón de boxeo y de carisma.
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Desde que se coronó rey ecuménico del peso gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), título que conquistó al vencer al mexicano Daniel Zaragoza, el 9 de agosto de 1985, en Miami, el cordobés pasó a integrar esa lista de celebridades deportivas de Colombia que son difíciles de olvidar.
Defendió con éxito su título en siete oportunidades ante el puertorriqueño Wilfredo Vázquez, el mexicano Enrique Sánchez, el estadounidense Alberto Dávila (dos veces), el mexicano Antonio Avelar, el bahameño Ray Minus y el argentino Lucio ‘Metralleta’ López, antes de ser destronado por el mexicano Raúl ‘Jíbaro’ Pérez, el 29 de octubre de 1988, en Las Vegas, Nevada.
El próximo 9 de agosto se cumplen 40 años del momento en que Miguel volvió muy ‘happy’ a Colombia. Esa vez posó orgulloso el tradicional sombrero vueltiao y el cinturón de monarca universal del CMB.
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Ya con 64 años a cuestas, sigue dando ‘lora’. Se resiste a que se tiñan de blanco su cabellera y su bigote y se mantiene firme como un roble. Vivirá un homenaje en Barranquilla en el cuadragésimo aniversario del principio de su gesta como campeón. El jueves pasado, luego de la presentación de ese evento organizado por Juan Carlos Devia, de la cuerda Probox, que incluirá un conversatorio (el viernes 8 de agosto) y una cartelera pugilística (el sábado 9 de agosto), habló con EL HERALDO.
¿Qué pasó con la vida de ‘Happy’ Lora después de colgar los guantes?
Después de que me retiré del boxeo, me dediqué a mi familia. Esto del deporte lo aleja un poco a uno de la esposa, de los hijos, de los hermanos, entonces me dediqué por completo a la familia y a mis negocios particulares. Tengo una vida cotidiana, una vida normal, pero con mucha disciplina y mucho respeto.
¿Cuáles son sus negocios particulares?
Tengo mi ganadito. He hecho varias obras en Montería, yo jalono los recursos en Bogotá en varios ministerios y he hecho varias obras en varios municipios. Eso fuera de la pensión y de los arriendos que tengo de las propiedades que me quedaron. Vivo una vida tranquila, pero cuando me sale un negocio, ahí voy con el hijo mío.
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¿Alguien en la calle le dice Miguel?
Algunos, no muchos, muy poquitos. Todos me dicen ‘Happy’, ‘Happy’, en Montería es ‘Happy’.
¿Cuál es el origen de su apodo?
Una tía, hermana de mi papá. Yo tenía como seis o siete años y pasaba riéndome, me levantaba y me acostaba riendo, todo el día riéndome. Jugaba riéndome. La tía una vez me dijo: está happy (feliz), está happy, está happy. Ahí me fui quedando ‘Happy’.

Supongo que en Montería lo siguen reconociendo ampliamente, ¿pero en el resto del país también lo identifican fácilmente? ¿Aquí en Barranquilla lo han identificado?
Claro, todo el mundo, en los centros comerciales y en las calles todo el mundo me para: es Happy’, mira a ‘Happy’, una foto ‘Happy’. Todo el mundo aquí en Barranquilla y en Cartagena también.
¿A qué se debe el éxito en su carrera y en su vida?
Primero que todo, yo he sido entregado a Dios desde niño, desde la edad de 8 años he estado entregado completamente a Dios, a Jesucristo, le temo mucho porque tenía una tía que era cristiana. Ya ella falleció, pero siempre me inculcó eso. Fuera de eso, el don de gente. Y, modestia aparte, el carisma. He sabido llevar una vida ejemplar, una vida con respeto, con cariño hacia los demás, porque uno tiene que respetar al prójimo, quererlo, admirarlo y ayudarlo. Esa es mi condición de ser humano. Eso siempre me ha llevado a mí a cosas impresionantes… mejor dicho, si yo te contara las historias que me han pasado a mí.
Pero cuente una…
Una vez estoy ahí en la casa y de repente me llaman. Había llegado un empresario de Bogotá, y me pregunta: ‘¿tú eres ‘Happy’ Lora?’. Sí, yo soy ‘Happy’ Lora. ‘Campeón, venga vamos a tomarnos una foto’. Bueno bien, tal, tal y tal, y me dice: ‘aquí le voy a regalar 500 millones de pesos’. Y en una bolsa me ha regalado 500 millones de pesos.
¿Así de la nada?
Así de la nada (risas). Son fenómenos, son fenómenos.
¿Qué hizo usted con ese poco de plata?
Yo hice inversiones, compré apartamentos y todo, claro, y mi ganadito. Y he ido a Bogotá, alcaldes que me llaman: ‘Happy’ ven acá, sácame estos recursos aquí para este proyecto de una vía, voy a pavimentar una vía’.
Y no tiene el teléfono del hombre de los 500 millones, ¿nunca lo volvió a ver más?
Sí, él me dijo que lo llamara, que lo llamara, pero bueno, ya me da como cosa (risas).

¿Qué incomoda al ‘Happy’?
Yo como soy tan descomplicado, tan sencillo, tan humilde, no sé, eso nació conmigo. No, hasta ahora, nada. Yo vivo una vida tranquila, feliz.
¿Cómo ve la Barranquilla de ahora en comparación con aquella de sus días de boxeador?
Ha progresado, veo una Barranquilla bonita, más organizada. Es la Puerta de Oro de Colombia. Veo una ciudad muy acogedora y bonita.
¿Recuerda las particulares pantalonetas que usted usaba para pelear? Eran largas y coloridas. Se volvieron moda en Colombia a finales de los 80. Les decían ‘las ‘Happy’ Lora’. Muchos niños las usaban. ¿Cuál es la historia de ese estilo?
¡Las pantalonetas ‘Happy’ Lora! ¡Eran largas! Una vecina de la casa era costurera. Entonces, ajá, de allá, campesina, y me hizo esas pantalonetas largas.
¿Usted nunca le sacó provecho comercial cuando se volvieron moda?
No. Los dueños de los almacenes de aquellas épocas fueron los que les sacaron provecho. Mandaban a fabricar las pantalonetas largas y ellos las vendían. Las vendían como ‘las pantalonetas ‘Happy’ Lora’.
¿Cuál es el mejor boxeador libra por libra de la historia?
Sugar Ray Leonard. Fue un fenómeno, ¡un fenómeno! Yo he visto pelear personalmente a Mayweather, a Pacquiao, y son muy buenos, pero tienen falencias. Uno que sabe de boxeo se da cuenta, pero Sugar Ray Leonard era un fenómeno, un bárbaro, un fenómeno.
La pregunta obligada: ¿qué le pasa al boxeo colombiano que no tiene un ídolo, que no tiene un campeón, una persona a seguir como en las épocas en que usted peleaba?
Yo pienso que es falta apoyo y estímulo para hacer más boxeo en Colombia, sobre todo en Barranquilla y Cartagena. Hay que hacer mucho más boxeo cada 15 días, cada 20 días, traer figuras. Gracias a Juan Carlos Devia, que es un empresario que se ha preocupado por el boxeo. Hay que esperar que salga otro ídolo que venda, que llame la atención, a veces me dan ganas de volver (risas).
Tyson volvió a subirse al ring a los 58 años para una exhibición…
Tyson volvió, sí, sí, es por eso, es porque el boxeo se ha caído a nivel mundial, por eso es que Tyson volvió e hizo una exhibición.