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El Atlético de Madrid reaccionó dos veces, a tiempo, frente al Valladolid, al que primero remontó un 0-1 por medio de Giuliano Simeone y al que después doblegó tras el 2-2, con un penalti transformado por Julián Alvarez y un gol de Alexander Sorloth, para insistir en LaLiga española, aún a siete puntos del liderato del Barcelona.

Entre los vaivenes, el 2-4 del delantero noruego fue el alivio definitivo para Diego Simeone, sus futbolistas y la hinchada del Metropolitano, con 55.936 personas en las gradas, en lunes y con lluvia, para surcar un encuentro extraño, que amenazó en ponerle en evidencia por momentos, sobre todo cuando Javi Sánchez marcó el 2-2 en el minuto 55.

Más que desigual en apariencia el partido (no lo fue realmente tanto sobre el terreno de juego en el Metropolitano), sin Luis Pérez ni Latasa, por el enfrentamiento viral de la pasada semana tras el 0-4 contra el Getafe y este lunes ni siquiera en el banquillo, el Valladolid desafió a la lógica, por delante en el marcador de repente en el minuto 20.

No vio el árbitro Díaz de Mera Escuderos en vivo la mano de Lenglet. Su visible codo, inoportuno, detectado en la revisión del VAR, confirmado por el colegiado en el monitor a pie de campo, ofreció la ocasión al Valladolid. Sylla transformó el penalti. El 0-1 en el Metropolitano, impensable, contra todos los pronósticos, con el Atlético ya en alerta.

La pena máxima señaló a Lenglet, por reincidente. Cedido por el Barcelona, central crucial en esta temporada y titular casi indiscutible desde octubre en adelante, fue un penalti inapropiado de las alturas, la exigencia y las aspiraciones por las que se mueve el Atlético, como el que cometió -y restó dos puntos- con un agarrón contra el Espanyol.

En cualquier otro encuentro un enredo considerable, con lo preciado que es un gol a favor en esta Liga en cualquier escenario, el Valladolid fue demasiado frágil en la defensa del gol a favor.

La remontada rápida y expresiva, como si fuera por simple inercia, con la que respondió el Atlético incidió en esa cruda realidad del equipo de Álvaro Rubio. En el minuto 20:35, Sylla anotó el 0-1, en el 24:45 ya lo había igualado el conjunto rojiblanco, que añadió el 2-1 al minuto 26 y 13 segundos.

El 1-1 fue también de penalti, por un pisotón fortuito de Javi Sánchez a Giuliano Simeone cuando el argentino ya había soltado el balón. Un penalti indiscutible ahora. No tanto en el pasado. De nuevo fue el VAR quien alertó al colegiado, que acudió al monitor. Desde los once metros, Julián Alvarez batió a André Ferreira. Su vigésimo quinto gol de la campaña.

Apenas un minuto y 28 segundos después, el Atlético festejó el 2-1, obra de Giuliano, que desbordó sin balón y con él a Henrique -primero en el desmarque, cuando lo vio y lo encontró Pablo Barrios, luego en el regate y después en el potente zurdazo- para culminar la remontada con la velocidad necesaria, sin dar tiempo al murmullo o la incertidumbre.

El Atlético, nada fiable en los últimos tiempos, se metió él mismo de nuevo en un lío en la segunda parte. Antes remató Antoine Griezmann, que sigue en el modo anodino de los últimos tiempos, con tan solo un gol en sus 14 encuentros más recientes como titular, sin la frescura, la visión y la brillantez de tantos y tantos años en el conjunto rojiblanco.

Relajado el Atlético, sin la exigencia necesaria, el Valladolid se sintió vivo, con una posesión de balón que lo permitió avanzar a campo contrario, liberado de la presión del equipo de Diego Simeone y a la espera de la oportunidad, del golpe de suerte, de cualquier detalle para empatar el duelo: una falta cometida por Lenglet.

Era el minuto 55, Javi Sánchez golpeó el balón, que rebotó en el cuerpo de Gallagher y que descolocó de manera decisiva a Jan Oblak. El 2-2. Vuelta a empezar para el Atlético, cambiados de inmediato Griezmann, Koke y Lenglet para dar recorrido a Riquelme, Sorloth y Le Normand. Después, entró Molina por Gallagher. Una carrera contrarreloj.

El Valladolid se encerró, sin apenas ocasiones del Atlético, hasta una jugada fatal en defensa para Henrique, que pisó a Llorente. Penalti. Julián Alvarez, de nuevo en los once metros. Su vigésimo sexto tanto del curso.

El gol de la victoria, en el minuto 72, en otra noche sombría del equipo rojiblanco, que marcó el 4-2 instantes después, por medio de Sorloth, mientras insiste aún en LaLiga, a trompicones, apurado contra el último de la clasificación, que sólo había marcado dos o más goles al Alavés en toda esta Liga, en uno de sus únicos cuatro triunfos en 31 jornadas, a 14 puntos de la permanencia.