Luis Díaz y el reencuentro con Anfield bastaron al Liverpool para reencontrarse con la normalidad, recuperar la ventaja al frente de la Premier y alejar al Arsenal, que creció en sus aspiraciones hasta que el conjunto de Arne Slot ganó, aunque con sufrimiento, su encuentro de la vigésima quinta jornada ante el Wolverhampton (2-1).
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Sudó el triunfo al final el líder ante un adversario que no se dio por vencido a pesar de encajar una desventaja de dos goles al inicio de la segunda parte. Marca la salvación con solo dos puntos de ventaja respecto al Ipswich y el Leicester, antepenúltimo y penúltimo, y exprime sus recursos. Acortó distancias en cuanto pudo y buscó en el tramo final desaforadamente el empate.
Eso fue cuando el encuentro recuperó la viveza, en los últimos veinticinco minutos. A partir de que Matheus Cunha batió con un gran gol a Alisson. Hasta ese momento pareció una faena de aliño para el Liverpool, que se había sostenido en la hiperactividad de Luis Díaz, autor del primer gol y el que provocó el penalti que supuso el segundo.
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Fue el reencuentro con Anfield lo que alivió a los ‘reds’, que volvieron a la cita con su público después de dos contratiempos significativos. Una eliminación inesperada, un batacazo en la Copa, ante el Plymouth Argyle, colista de la Championship, y un frustrante empate, a última hora, ante el Everton en el derbi de Merseyside en Goodison Park.
El Liverpool, que con Arne Slot no ha llegado a estar tres partidos seguidos sin ganar, ya encarriló el encuentro al cuarto de hora, en una rápida transición, un contraataque que condujo el colombiano, que descargó ante Mohamed Salah, que le devolvió la pelota, y Díaz, mientras caía en plena pugna con su marcador, llevó la pelota a la red casi sin querer.
Pudo ampliar y casi sentenciar su triunfo el Liverpool a la media hora, en un mano a mano de Diogo Jota que solventó Jose Sa, que envió el balón a córner.
Pero poco tardó en llegar el segundo. Ocho minutos antes del descanso, el meta del Wolverhampton trabó a Luis Díaz, que se anticipó a su marcador Emmanuel Agbadou.
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El partido, sin embargo y a pesar de la distancia en el marcador, se reactivó tras el intermedio porque los ‘wolves’, que ya habían perdido quince de sus últimas dieciséis visitas a Anfield, reaccionaron. Vitor Pereira reanimó a sus jugadores, que saltaron al campo a la vuelta de vestuarios con fe.
El Wolverhampton, que llegó a Liverpool impulsado por la mejoría que mostraban sus resultados, la clasificación en la Copa tras superar al Blackburn y el triunfo en la pasada jornada contra el Aston Villa que cortó una racha de cuatro derrotas seguidas, pudo acortar distancias en el minuto 50, en una ocasión de Marshall Munetsi que obligó a Alisson a intervenir.
El gol que incendió el encuentro, que estrechó las distancias, fue en el minuto 67, cuando Jean Ricner Bellegarde encontró en la frontal a Matheus Cunha. El brasileño se hizo el espacio, encontró un hueco y disparó con potencia y colocación y superó al meta red para establecer el 2-1.
Eso desató del todo al Wolverhampton, que se hizo con el partido y la posesión. Y con la iniciativa. Fue cuando Virgil Van Dijk e Ibrahima Konate tuvieron que multiplicarse. También Alexis Mac Allister y Dominik Szoboszlai, implicados en la contención. Fueron la respuesta a la apuesta ofensiva de Vitor Pereira, que adelantó las líneas y recurrió a última hora a Pedro Lima, a la desesperada, en busca del empate.
Resistió el Liverpool, que apenas tuvo ocasiones a la contra. Quedó en manos de Alisson y de la falta de acierto del Wolverhampton para amarrar una victoria necesaria y estirar hasta los siete puntos la ventaja en el liderato respecto al Arsenal.