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Los Angeles Lakers firmaron este martes una penosa actuación en Filadelfia, cayeron por 118-104 ante unos Sixers sin Joel Embiid y Paul George pero con un Tyrese Maxey espectacular y además perdieron a Anthony Davis por problemas musculares en los abdominales.

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Davis venía de un monstruoso partido el lunes ante los Charlotte Hornets con 42 puntos y 23 rebotes, pero este martes solo pudo jugar un cuarto (4 puntos y 2 rebotes) antes de marcharse al vestuario.

Fue una velada lamentable para LeBron James y compañía, que habían ganado sus últimos cuatro encuentros pero que cerraron su racha con un feo tropiezo ante unos Sixers muy débiles y que este curso han tenido poquísimos motivos para sonreír.

No solo faltaron Embiid y George puesto que Filadelfia, que ya iba ganando de 25 puntos en el tercer cuarto, también se presentó esta noche sin otros jugadores importantes de su rotación como Andre Drummond, Caleb Martin o KJ Martin.

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Pero los Sixers (18-27) apabullaron a los Lakers (26-19) y, aunque siguen fuera del ‘play-in’ del Este, han sumado tres victorias consecutivas, una de ellas de tremendo mérito ante los Cleveland Cavaliers (37-9).

Maxey extendió su magnífico momento y castigó una y otra vez a la defensa visitante hasta terminar con 43 puntos y 15 de 26 en tiros (4 de 11 en triples). Ha metido 28 o más puntos en sus últimos once encuentros.

Le acompañaron Kelly Oubre Jr. (20 puntos y 8 rebotes), Guerschon Yabusele (14 puntos), Eric Gordon (14 puntos) y Ricky Council IV (16 puntos y 7 rebotes).

El mejor ejemplo del desastre de los Lakers fueron sus 22 pérdidas de balón, que dieron pie a nada menos que 27 puntos de los Sixers.

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LeBron rozó el triple-doble (31 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias) pero 15 de sus puntos llegaron en el último cuarto cuando la remontada era una misión casi imposible. Además cometió 8 pérdidas de balón.

Dalton Knecht (24 puntos con 5 de 8 en triples) fue su mejor socio en unos Lakers sin Jarred Vanderbilt y Gabe Vincent.

Recital de Maxey, hundimiento de Lakers

Tal y como empezó el partido, parecía que iba a ser un paseo para los Lakers ante las evidentes carencias de los Sixers: falta de talento en ataque, de contundencia en defensa, de centímetros en la pintura...

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Los de JJ Redick explotaron todo eso con acierto, cargando la pintura con convicción, y se colocaron con un prometedor 5-14 en cinco minutos.

Pero los californianos cayeron en la complacencia y empezaron a acumular pérdidas (5 en el primer cuarto). Los Sixers solo tuvieron a dos anotadores, pero con 15 puntos de Maxey y 10 de Yabusele (incluyendo un potente mate sobre Davis tras robo) desembarcaron en tablas en el segundo periodo (25-25).

De lo que podía haber sido solo un breve se pasó a largo tramo de terribles sensaciones para los Lakers, que ya sin Davis en la pista se estrellaron en un espeluznante 48-32 solo en el segundo cuarto.

Todo lo salía mal a los angelinos, que llegaron con 10 pérdidas al descanso, que tenían incontables grietas en su defensa, que se veían superados en cada rebote y balón dividido y que fueron absolutamente incapaces de frenar a Maxey.

El base anotó con increíble facilidad y deslumbró en la primera parte con 27 puntos (8 de 13 en tiros), pero antes del descanso también se animaron Gordon (11 puntos en el segundo cuarto), Oubre Jr. (10) y Council IV (9). Los de Nick Nurse también sacaron petróleo desde la línea de personal con un 15 de 16 en tiros libres.

Knecht metió 13 puntos en ese cuarto, pero ni con esos buenos minutos de su alero novato los Lakers pudieron frenar su caída hasta el 73-57 del intermedio.

No hubo reacción en la reanudación. Al contrario, Maxey continuó en su salsa (14 puntos en el tercer cuarto) y los Sixers alcanzaron su máxima ventaja del partido con un +25 poco antes de llegar al desenlace con un claro 99-76.

El orgullo herido de LeBron salió a relucir en el último capítulo, en el que ‘King James’ sumó 15 puntos tirando de casta. Pero la ventaja local se mantuvo siempre por encima de los 15 puntos y los Lakers se fueron de Filadelfia con la cabeza baja.