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No duden de Brasil, la pentacampeona ya está aquí. La derrota ante Camerún solo sirvió para espolear a un grupo unido en torno a Tite, un bloque que saltó y vibró con cada gol asestado a la pobre Corea del Sur, maltratada en Catar ante la mejor exhibición de fútbol, aunque solo durara una parte, que se ha visto en estos octavos de final (4-1).

Con la vocecita en la nuca: 'Perdisteis ante Camerún', los brasileños se rebelaron, destrozaron a Corea del Sur con los goles de Vinícius, Neymar, Richarlison y Lucas Paquetá y mandan un mensaje: 'queremos la sexta estrella'.

Los de Tite, que acabó bailando al son de su equipo, despejó todas las dudas de la derrota ante Camerún en apenas media parte. En el vestuario de Brasil tenían claro que la derrota contra los africanos era una simple llamada de atención, una forma de quitarse la presión de la primera derrota sin que esta tuviera consecuencias nefastas como en los tres últimos Mundiales. Y respondieron con el fútbol más bonito y vistoso que se ha apreciado en el torneo desde el 7-0 de España a Costa Rica.

Ya se pueden destruir todos los argumentos que apuntan a Tite como un técnico defensivo. Confió en Neymar titular y lo arropó con la clase de los Paquetá, Vinícius, Richarlison, Raphinha y un Casemiro imperial, y Brasil danzó al ritmo de los jugadores más alegres del torneo.