4 de diciembre de 1997. Stade Velodrome de Marsella. Sepp Blatter, acompañado de leyendas como Franz Beckenbauer, Raymond Kopa y George Weah, realizó el sorteo de la Copa del Mundo que se celebraría en Francia unos meses después. El espectáculo estaba apañado para que Francia y Brasil, las dos grandes favoritas, se evitaran hasta la final, pero lo que no se solventó fue el choque de dos gigantes; no futbolísticas, sino políticas.