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Poco o nada pudo hacer el colombiano Rafael Santos Borré para inquietar al Real Madrid y ayudar a su equipo a dar un golpe sobre la mesa en la final de la Supercopa de Europa, que enfrentó al campeón del ‘Champions’ con el de la Liga de Europa.

El delantero barranquillero, de 26 años, no tuvo opción de nada ante los merengues. Le llegaron pocos balones para mostrar su repertorio y entró muy poco en el juego, con alguna que otra escaramuza en la primera parte.

En un ejercicio desesperante, desasistido, el colombiano compitió por todo sin éxito, sin una sola ocasión. Cuando logró la pelota, en contadas oportunidades, se movió con astucia, pero poco o nada pudo hacer para evitar la derrota de su equipo.

Borré, que le había marcado un golazo al Barcelona la temporada anterior en la gran Liga de Europa que protagonizó junto a su equipo, el Eintracht, salió ayer de titular y jugó los 90 minutos, en el estadio Helsinki Olympic Stadium de Helsinki, Finlandia, en un voto de confianza por parte del técnico Oliver Glasner.