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Luz Marina Castro recibió la llamada de Lorna Suárez, una amiga y atleta en formación, bien temprano antes de irse para sus clases matinales de once de bachillerato en el colegio Reuven Feuerstein en la Ciudadela 20 de Julio. Lorna la llamó para decirle con emoción: '¡Saliste en EL HERALDO! Salieron nuestros nombres con los seleccionados'.

Es la emoción que ha generado el Campeonato Nacional Sub-18 que comienza hoy en Barranquilla. Después de no ser sede de un evento nacional desde el 2018, cuando se celebró el Prix Caterine Ibargüen, la Liga de Atletismo del Atlántico no había acogido un certamen con expectativas.

El Nacional Sub-18 es el escenario para seguir evaluando la metodología de entrenamiento de los entrenadores, la selección de los talentos en especial antes de entrar a la edad juvenil, cuya etapa de selección perfila a los que siguen la huella de Anthony Zambrano, medallista olímpico, y lanzando al mundo desde la pista del estadio Rafael Cotes.

En sus 33 seleccionados, Atlántico lleva ilusiones, marcas y metas que viajan en esos maletines que cargan en sus espaldas al entrar a la pista. Familiares, amigos y conocidos están expectantes como Ángela, la vecina de Luz Marina Sáenz, abuela de Luz Marina Castro, que aquella mañana del miércoles sorprendió llevándole dos ejemplares de la edición en papel de Al Día. La familia Castro dice que esa emoción los ha llevado a tener su asiento en la tribuna del Rafael Cotes para ver las competencias.

–Estaré viendo a mí nieta –promete Luis Castro, abuelo de Luz.

–Quiero verla en el estadio, porque la primera vez que la vi en una competencia de Ibagué, en video, me puse nerviosa. Se quedó en la salida.

-Abuela, pero llegué de segunda. ¿Qué tal que si no me quedo en la salida?