Con dos grandes intervenciones, el portero argentino Juan Musso frenó los intentos del Bayer Leverkusen de remontar al Atalanta, que aguantó las acometidas del conjunto germano para ganar 1-0 gracias a un gol en el tiempo añadido de Jérémie Boga con el que sentenció el pase del cuadro italiano a los cuartos de final de la Liga Europa tras ganar 3-2 en la ida.
Musso se convirtió en el hombre del partido. No tuvo que intervenir muchas veces. De hecho, sólo en un par tuvo que emplearse a fondo. Una en cada parte y ante el mismo hombre, Moussa Diaby, que soñará con el guardameta sudamericano. Sobre todo con un mano a mano en el segundo acto en el que Musso se interpuso en el que habría sido el empate en la eliminatoria del Bayer Leverkusen.
Y es que, con varias bajas importantes, el cuadro alemán tenía que sacar adelante una remontada abierta a cualquier cosa. La filosofía de ataque de ambos equipos predecía un encuentro lleno de alternativas como en la ida, aunque sin un par de protagonistas importantes para los hombres dirigidos por Gerardo Seoane.
Justo cuando más les necesitaban, dos de sus hombres más importantes se despidieron de lo que resta de temporada tras caer lesionados esta semana. Sobre todo, la baja del timón del Bayer Leverkusen, Florian Wirtz, dejó muy tocadas las opciones de la escuadra germana de alcanzar los cuartos de final.
Sin Wirtz, el Bayer Leverkusen perdía a su faro, a una de las jóvenes promesas del fútbol europeo que a sus 18 años ya ha demostrado que puede convertirse en una figura de primer nivel. De hecho, en Transfermarkt, portal especializado en la valoración de jugadores, ya alcanza los 70 millones de euros.
Pero también se quedó sin jugar el neerlandés Jeremie Frimpong, el otro damnificado para lo que resta del curso del Bayer Leverkusen tras caer esta semana. Ambos se unieron a las ausencias de Julien Baumgartlinger, del marfileño Odilon Kossounou y del goleador checo Patrick Schick, bajas ya conocidas y que también restaron al cuadro germano.
Enfrente, el Atalanta no se quedó corto. Desde principios de enero, por una depresión, no juega Josip Ilicic; y, desde febrero, Duván Zapata está fuera por una lesión muscular.
Con ese panorama, el Bayer Leverkusen se encomendó a Kerem Demirbay como guía para sustituir a Wirtz. Y, en el Atalanta, como en la ida, Luis Muriel se encargó de marcar terreno en la zona de ataque. El objetivo del colombiano, repetir su exhibición de la ida, en la que firmó un doblete y dio una asistencia.
Mientras Demirbay no consiguió emular a Wirtz, Muriel fue un incordió constante durante el tiempo que estuvo sobre el césped. Cada balón que tocaba, era un peligro para el Leverkusen. Siempre elegía la mejor opción. Vertical, veloz y muy peligroso al contragolpe, sólo le faltó la fe de sus compañeros, que en varias ocasiones no acompañaron las jugadas de Muriel, siempre demasiado solo en el momento cumbre.
Durante el acto inicial, el Leverkusen sólo tuvo que preocuparse de sostener al delantero colombiano. Y lo consiguió. Sin embargo, se atascó a la hora de crear ocasiones. Sin Wirtz, perdió el rumbo, pero aun así, Diaby pudo adelantar a su equipo con un disparo desde dentro del área que salvó el guardameta argentino Juan Musso.
Ambos fueron los mismos protagonistas de la ocasión más clara de la segunda parte, en la que el Leverkusen salió mucho más fuerte que el Atalanta. Moussa, esta vez en un mano a mano clarísimo, volvió a chocar contra el muro Musso, que, con permiso de Muriel, se colgó el cartel de hombre decisivo para el cuadro italiano.
Y es que, si gracias a Muriel el Atalanta logró una jugosa ventaja en el choque de ida, Mussa fue el que sostuvo la renta del equipo dirigido por Gian Piero Gasperini. El cuadro italiano golpeó en los primeros noventa minutos y se agazapó con éxito en los segundos para 'matar' al Leverkusen en un contragolpe que no falló Boga.
Por eso, estará en los cuartos de final de la Liga Europa por segunda vez en su historia: en la edición del curso 1990/91, alcanzó esa ronda en la Copa de la Uefa. Entonces, el Inter se cruzó en su camino para terminar con un sueño que espera que no termine antes de tiempo igual que hace 31 años.