Son los resultados del sacrificio. Acostumbrándose poco a poco al éxito y a las fotos, Mariana Higuita levanta sus manos en señal de felicidad y su mirada se conecta con la de su entrenador que a lo lejos la aplaude orgulloso. Una victoria más para su palmarés, la segunda del año, esta con el sabor especial de ser fuera del país.
Su nombre se inscribe como la campeona femenina en individual y dobles del Torneo de Paraguay de la Gira Sudamericana Cosat 2021-2022.
El evento, organizado por la Confederación Sudamericana de Tenis, fue dominado por Higuita y la ubicó en lo más alto del ranking de estos lados del continente. A su derecha, alguien más que solo su rival, su compañera y compatriota Valentina Mediorreal, a la que le ganó por 6-2, 7-5, pero con la que también alcanzó el máximo galardón en la modalidad de dobles.
La relación de ambas va mucho más allá de la cancha de tenis. Desde compartir a muy temprana edad diferentes torneos y entrenamientos, hasta venir concentradas en esta gira por países como Paraguay, Bolivia, Ecuador y Perú.
Mariana ya considera a su adversaria y amiga como una hermana. Antes de la final de sencillos, más que pensar quién pudiese imponerse en el duelo, ambas se encontraban sentadas en las gradas charlando un poco de lo que seguirán haciendo a futuro.
Así es Mariana. Una niña humilde de solo 14 años que le gusta hacer muchos amigos y que los lujos o las dificultades nunca le han quitado el sueño.
El génesis
El 14 de junio del 2006 hacía su asomo en el mundo una niña cuyo nombre sería Mariana Isabel Higuita Barraza. El municipio de Sabanalarga la vería nacer, y sus padres, Luis Alberto y Paola, la guiarían por el camino de la integridad y responsabilidad. Una historia de amor que había surgido desde el inicio del siglo y que justo en ese momento, dentro de una clínica, se consumaba completamente con la llegada de la luz de sus ojos.
Comerciantes de oficio, su compromiso con Mariana fue radical desde el día uno. Los esfuerzos nunca se escatimaron y las necesidades siempre intentaban ser suplidas. El buscar y encontrar un deporte para la pequeña se convirtió en una misión pensando en sus momentos de esparcimiento y formación física.
A sus cinco años, el señor Luis Alberto emprendió el camino para sorprender a su hija con el que sería su nuevo deporte, pero el sorprendido terminó siendo él. La llevó al Patinódromo de Barranquilla pensando que se quedaría encantada con el patinaje. El padre solo sonreía al imaginarse a su pequeña corriendo sobre ruedas. Sin embargo, al final del día, Mariana solo quedó fascinada con los niños que se pasaban la pelotica verde con unas raquetas en una de las canchas contiguas al espacio de los patinadores.
La matricularon en la Liga de Tenis del Atlántico, le compraron el bolso, las raquetas y el uniforme. Su rendimiento avanzó tan rápido como unos patines. Sus partidos los sábados eran citas seguras y la evolución de su juego era cada vez más evidente.
Don Luis y doña Paola nunca imaginaron verla competir, pero los torneos pedían su presencia a gritos. Con tan solo siete años su paso era arrasador. El potencial dijo presente en festivales tradicionales como los de Pereira o Medellín. Generaba admiración.
Cambios inesperados
Conforme los trofeos y reconocimientos aumentaban, el compromiso para con el deporte también. Mariana no contaba con las facilidades económicas de muchas de sus colegas, pero su figura nunca desapareció de los torneos o festivales. Se iba con su padre, muchas veces sola, en un bus, con dos días de anticipación y largas horas de viajes, para llegar a darlo todo y mostrar de lo que estaba hecha.
Un día las raíces paisas de su progenitor empezaron a llamar. La ciudad de Medellín esperaba a Mariana con los brazos abiertos para que tuviese mucho más cerca a sus familiares y las ciudades donde normalmente iba a competir. Nada podía salir mal en un territorio donde ya todos la conocían y que se prestaba como un paso lógico en su carrera. 'Una decisión tomada rápidamente, pero que le dio muy buenos resultados', recordó su padre.
Con la referencia de ser como Maria Sharapova, tenista rusa que en una época fue número uno del mundo, su nivel comenzó a subir para ganarse un cupo entre las representantes de la selección Antioquia. Con entrenamientos a doble jornada, largas rutinas de recuperación y una nueva modalidad de estudio virtual, Mariana se posicionó como una adelantada a su edad antes de los futuros tiempos del covid-19.
Los frutos de su esfuerzo no tardaron en caer. La tenista se alzó con el campeonato mundial en la categoría sub-12 y en la categoría sub-14. Un orgullo total para su país y sus padres que han venido siguiendo y empujando cada pasito de su proceso.
El futuro es ahora
La dedicación no solo es para el tenis. Higuita siempre organiza su tiempo para cumplir con todos los compromisos académicos que tenga pendientes. Su lucha y enfoque siempre ha estado en ser una jugadora profesional, pero su plan B no va muy alejado del deporte. Con su segundo amor, el idioma inglés, hablamos de una sabanalarguera que espera hacer las cosas bien para ganarse una beca en los Estados Unidos y estudiar Psicología Deportiva.
Por su mente pasan todas las lecciones correspondientes al décimo grado y los consejos de sus padres. 'Si vas a ser algo en la vida, tienes que hacerlo bien, de la mejor manera', dice.
Esa es una premisa en su vida, tanto que no se permite ser una tenista del montón. Su mentalidad está diseñada para marcar la diferencia.
La concentración de un deporte como el tenis le ha enseñado a confiar en sus capacidades, a tener la madurez para tomar decisiones, a respetar a toda persona que pueda tener al frente y, ante todo, a sobreponerse siempre en la adversidad.
Hoy su lente está enfocado en Europa. Su primer lugar en el ranking de la gira sudamericana le ha asegurado un cupo en el tour europeo, donde podrá codearse con varias de las mejores del mundo. En marzo viajará a Panamá, luego a Honduras, mientras va esperando la confirmación de las fechas, lugares y rivales que tendrá del ‘otro lado del charco’.
Así, mientras sus sueños van cumpliéndose poco a poco y su talento la va direccionando hacia donde tiene que estar, ella solo les recomienda a las niñas que tienen sus mismos propósitos que sigan luchando y entrenando por sus sueños que los resultados algún día van a llegar.