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Un debutante en la Liga de Campeones como el Sheriff Tiraspol asestó un golpe de realidad al Real Madrid, imponiendo la ley de un modesto que conquistó el Santiago Bernabéu en un capítulo inolvidable de su historia, sacando a relucir las carencias defensivas madridistas y su falta de pegada, con 31 remates para un único tanto de penalti.

Los colombianos Danilo Arboleda y Frank Castañeda fueron titulares con el conjunto moldavo.

El regreso de la Champions al Santiago Bernabéu un año y siete meses después dejó un guión inesperado en el que se esperaba duelo plácido para el equipo blanco.

El Real Madrid sufrió una de esas derrotas tan dolorosas como sonrojantes que se convierte en un aviso en su competición preferida. Víctima de su falta de contundencia en las dos áreas, con una endeblez defensiva alarmante mientras Carlo Ancelotti sigue con problemas en los laterales. El recital regateador de Vinicius no da resultado si no va acompañado de gol.

La bisoñez del Sheriff invitaba a soñar con goles en un escenario perfecto para el regreso de la imagen desequilibrante de Eden Hazard. Con libertad de movimientos para desplegar su fútbol, pero, a su vez, un condicionante en el dibujo de Ancelotti. Dio un respiro a Luka Modric esperando a un rival encerrado en su terreno que ya venció al Shakhtar con apenas un 25 por ciento de posesión. El Real Madrid añoró la visión del croata en el pase entre líneas, por mucho dinamismo que le metiese Camavinga y la vigorosidad Fede Valverde.

Con el dominio del balón, el ataque se volcó por el flanco de Vinicius que regresó a esa imagen de desacierto desesperante en la definición, donde había logrado meterle pausa. Se perdió en amagos para desperdiciar la primera clara de un Real Madrid que no acababa jugadas. Tardó 18 minutos en intervenir el portero Athanasiadis, a una falta a su palo de Benzema que le permitió adornarse en una noche inolvidable.

La cita era histórica para el modesto Sheriff, que soportó con entereza los arranques madridistas, frenó con falta la voluntad de Hazard y cuando no se esperaban noticias ofensivas suyas, demostró las razones de su fase previa a los 25 minutos. El centro desde la izquierda, donde regresó Nacho y Ancelotti tiene el principal foco problemático a solucionar, lo remató a placer Yakhshibóev. Su testarazo, a espaldas de Alaba y sin sentir presión del lateral Miguel, desesperó a Courtois.

El Real Madrid no encuentra un buen balance defensivo ni cuando tira la línea de presión arriba y encierra a su rival. Le condenan errores de concentración que cuestan caros. Tocaba remontar y apareció Hazard, con gestos de altísima calidad para convertir en aplausos el leve arranque de silbidos cuando Courtois a punto estaba de regalar el segundo.

Un mal despeje en una salida le dejó el balón a Castañeda que buscó al goleador Yakhshibóev para que su remate acariciase el poste. Con el susto en el cuerpo, solo el carácter asociado el vértigo podría levantar el partido. La superioridad técnica había que demostrarla en los últimos metros donde el Real Madrid se atascó de forma inesperada.

El empuje blanco encerró al Sheriff, parapetado en dos líneas muy juntas intentando eliminar espacios. Los encontró Hazard para firmar sus mejores minutos de la temporada pero sin dar el paso definitivo que se espera de él en los últimos metros. Con Valverde ganando todos los duelos pero Vinicius perdonando. Los intentos madridistas los desbarató Athanasiadis, que sacó dos a Hazard y un disparo de Casemiro.

El testigo pasó de Hazard a Vinicius en el segundo acto, con el campo abierto por Ancelotti para que el brasileño desequilibrase a base de velocidad. Cada arrancada hizo temblar al Sheriff. Cada gesto a la grada encendió al Bernabéu. Aguantó el pulso el Sheriff por la firmeza de su portero. Voló para impedir la alegría buscada por Hazard.

La espalda de Vinicius asumió el peso del equipo blanco. Toda la responsabilidad a su capacidad en el uno contra uno. Tan inspirado como desacertado cuando miró a puerta. Así fue derribado con un leve toque por detrás al recibir una pared de Benzema sin que el colegiado estimase penalti y a la segunda, con un regate mágico entre dos rivales, el VAR avisó del error de interpretación al árbitro. Benzema colocó en una escuadra el tanto con el que superaba a la leyenda Raúl.

Con 25 minutos por delante Ancelotti cambió en bloque. Hasta cuatro jugadores al campo, con el regreso de Toni Kroos sin ritmo competitivo, para poner el broche a la remontada. No se esperaban ataques del Sheriff por lo que ubicó a Valverde y Camavinga en los laterales.

Más madera para una demarcación señalada porque entre llegadas fallidas, remates a la nada y un paradón con la cara de Athanasiadis a Modric, a Bruno le anularon el segundo por fuera de juego y en el minuto 90 Thill firmó el gol de su vida con un latigazo a una escuadra que devuelve al Real Madrid a su reciente realidad europea.