El Manchester City, vigente subcampeón, arrancó su andadura en la Liga de Campeones con una contundente victoria (6-3) sobre el Leipzig, en un encuentro en el que los de Pep Guardiola, que cumplió 300 partidos al frente del conjunto 'citizen', castigaron la endeblez defensiva del equipo alemán.
Y es que el Leipzig pareció empeñado en todo momento en facilitar la tarea a un Manchester City, que no necesitó mostrar su mejor versión, para encadenar su decimoctavo partido consecutivo -14 victorias y 4 empates- sin perder en la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Una racha que los del estadounidense Jesse Marsch, pese a marcar tres goles, nunca parecieron capaces de poner en peligro, y eso que el conjunto alemán arrancó la contienda con una internada por la banda izquierda del español Angeliño, que hizo pensar en un equipo dispuesto a retar al Manchester City.
Nada más lejos de la realidad ya que el lateral español, una de las habituales armas ofensivas del Leipzig, no volvió a subir con peligro por la banda hasta los 38 minutos, cuando el marcador reflejaba un 2-0 para los locales.
Un marcador que reflejó las carencias defensivas del equipo alemán, que si a los 16 minutos permitió al central neerlandés Nathan Aké firmar el 1-0 tras rematar completamente solo un saque de esquina botado por Jack Grealish, en el 28 dobló su desventaja (2-0) con un gol en propia meta de Nordi Mukiele
El central francés intentó, de manera incomprensible, ceder con la cabeza desde casi el interior del área pequeña un centro del belga Kevin de Bruyne, introduciendo el balón en su propia portería.
Dos goles que parecieron hacer reaccionar al Leipzig, que si se mostró endeble en defensa, en ataque demostró tener argumentos más que interesantes, sobre todo, cuando el balón pasa por jugadores como el sueco Emil Forsberg.
Tal y como quedó claro a los 42 minutos el internacional sueco con un centro que tras tocar Mukiele el delantero francés Christopher Nkunku convirtió en el primer tanto (2-1) del equipo alemán.
Pero poco le duró la alegría al Leipzig, que antes de llegar al descanso encajó un nuevo gol (3-1), al transformar el argelino Riyad Mahrez un penalti cometido por el lateral Lukas Klostermann tras tocar con el brazo un remate de cabeza del español Ferrán Torres.
Errores y más errores defensivos de los que pareció contagiarse el Manchester City, que se empeñó en dar vida al conjunto alemán, que volvió a acercarse en el marcador con un nuevo gol de Nkunku, tras cabecear un magnífico pase del español Dani Olmo, que salvo en esta pincelada, apenas dejó muestras de su calidad.
Sin embargo, la distancia que separa en estos momentos al Manchester City y al Leipzig, que parece menos equipo sin la presencia de Julian Nagelsmann en el banquillo, es tal, que a los de Pep Guardiola les bastó con apretar nuevamente el acelerador para volver a distanciarse (4-2) en el tanteador.
Jack Grealish comenzó a justificar los 117 millones de euros que los 'sky blue' pagaron este verano por su traspaso con un gran gol, en el que el internacional inglés dio muestras no sólo de su capacidad de desborde sino también la precisión de su disparo con una magnífica comba.
Pero al igual que el Leipzig si algún pero se le puede poner al equipo de Guardiola es la falta de contundencia defensiva que muestra en ocasiones, como ocurrió a los 73 minutos en la acción de Nathan Aké, que dio origen al tercer tanto del Leipzig (4-3), obra, como no, de un acertadísimo Nkunku.
Aunque ni así pareció el cuadro alemán capaz de poner en peligro la victoria del Manchester City, que dos minutos después, en el 75, estableció el 5-2 con un soberbio disparo lejano del portugués Joao Cancelo.
Un tanto a que se sumó instantes más tarde la expulsión del lateral Angeliño, que vio su segunda tarjeta amarillo, acabando con cualquier mínima posibilidad de sorpresa de un Leipzig, que nuevamente volvió a demostrar su endeblez defensiva en el sexto y definitivo tanto (6-3) del Manchester City, en una jugada en la que el brasileño Gabriel Jesús aprovechó un balón suelto en el área.