Llega una de las etapas más esperadas del Giro: la etapa del ‘sterrato’, que incluye 35 kilómetros de pistas de tierra en los últimos 70 de carrera, lo que aporta un aliciente a una jornada que será un pequeña ‘Strade Bianche’.
La etapa entre Perugia y Montalcino, de 162 kms, pasa el ecuador del Giro con una jornada con la general apretada y proponiendo un reto importante para los favoritos. Aparte de las carreteras de tierra no se puede olvidar que la altitud acumulada se acerca a los 2.600 metros.
El comienzo resulta suave, sin complicaciones, pero después de una zona escarpada se llegará al km 90, donde se presenta la primera pista de tierra, que incluye una bajada que propone un auténtico reto.
Tras superar las localidades de Buonconvento y Bibbiano (km 105) se llega al segundo tramo de tierra que tiene un paso a nivel antes de cruzar el arroyo Ombrone. En este punto se inicia la primera parte de la subida no puntuable al Castiglion Del Bosco, que tiene pendientes del 16 por ciento.
La carretera serpentea por el bosque con una serie ininterrumpida de curvas. Una vez de vuelta al asfalto habrá que seguir subiendo, al Passo del Lume Spento.
Tras bajar a Montalcino, y a las puertas del pueblo, se gira hacia Castelnuovo dell'Abate, donde se encuentran los dos últimos sectores sin asfaltar en rápida sucesión. Después de Tavernelle, la carretera asciende de forma pronunciada hasta retomar la ruta que conduce a una nueva subida al puerto anterior antes de bajar hacia meta.
El colombiano Egan Bernal (Ineos) saldrá a defender la maglia rosa que se enfundó el pasado domingo, con una ventaja de 14 segundos sobre el belga Remco Evenepoel (Deceuninck Quick Step) y de 22 respecto al ruso Aleksander Vlasov (Astana).