River Plate, con una buena actuación del colombiano Jorge Carrascal, consiguió este martes un sufrido empate por 1-1 en su visita al Athletico Paranaense brasileño en partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores gracias a un gol del zaguero Paulo Díaz en el minuto 90.
El conjunto de la ciudad de Curitiba, que jugó a defenderse con la mayoría de sus jugadores durante casi todo el partido, abrió el marcador en el minuto 57 con una linda jugada de Bissoli, que acababa de entrar a la cancha, y se dedicó a administrar su ventaja parcial.
Pero Díaz igualó en el último minuto reglamentario con un cabezazo tras el cobro de un tiro de esquina.
Con el sufrido empate en la ciudad de Curitiba, el conjunto bonaerense ahora podrá jugar por un empate sin goles en el partido de vuelta, previsto para el 1 de diciembre en el estadio Libertadores de América, de Avellaneda, para garantizar su cupo en cuartos.
En caso de avanzar, el River, finalista el año pasado, campeón de 2018 y uno de los favoritos al título en este 2020, se medirá en cuartos de final con el ganador de la llave entre el Nacional uruguayo y el Independiente del Valle ecuatoriano.
El equipo argentino tuvo la ventaja de medirse a un Paranaense que llevaba cuatro victorias seguidas, pero que la víspera perdió a ocho jugadores por covid, incluyendo al portero Santos, el lateral Abner y el atacante Nikao, que hoy iban a ser titulares.
El conjunto comandado por Marcelo Gallardo, por su parte, llegó a Curitiba intacto, sin bajas por covid y pudo alinear hasta el uruguayo Nicolás De La Cruz, que llegó a entrenar por separado por temor de que hubiera contraído la enfermedad.
El partido comenzó con un intenso ritmo y los dos adversarios turnándose en el ataque, pero la primera oportunidad la tuvo el conjunto brasileño en el minuto 3 cuando Richard, dentro del área y solo frente a Armani, desperdició la posibilidad de abrir la cuenta.
El River comenzó a dar muestras de su favoritismo desde los primeros minutos e intentó continuamente tanto por la izquierda como por la derecha con un Matías Suárez que dejó claro que podía librarse con facilidad de su marcador, Pedro Henrique.
Con el Paranaense marcando con dos líneas de cuatro y los jugadores muy próximos entre sí, River tuvo libertad para apoderarse de los costados y surtir constantemente en el primer tiempo a Suárez y Nacho Fernández, que fallaron en las finalizaciones.
River se fue a la ducha con 5 de las 6 finalizaciones del primer tiempo y los únicos 3 disparos a portería.
Para el segundo tiempo, el técnico Paulo Autuori decide sustituir a dos de sus tres delanteros, que pasaron desapercibidos en la primera parte, e intentar con los veloces Bissoli y Walter.
Los cambios del equipo brasileño surtieron efecto y el conjunto de Curitiba, impulsado principalmente por Walter, comenzó a llegar con más frecuencia a la portería de Armani.
En uno de esos ataques, Erick consiguió un lanzamiento perfecto para el recién entrado Bissoli que, en el minuto 57, la paró con el pecho de espaldas al arco, consiguió darse la vuelta y patear rastrero y con fuerza para abrir el marcador.
River decidió lanzarse al ataque tomando ahora riesgos defensivos tras sufrir el gol y se convirtió en una apisonadora frente a la portería de Bento, un juvenil de 21 años que brilló, pero se chocó con una muy poblada defensa del equipo brasileño, que prácticamente se concentró en la zaga y se olvidó de atacar.
La presión dejó al Paranaense con diez jugadores en el minuto 66 por la expulsión del delantero Reinaldo por doble amarilla.
Y el club argentino prácticamente pasó a atacar con cuatro delanteros con la entrada de Lucas Pratto en el lugar del lateral izquierdo Milton Casco.
Pero el dominio en la cancha y la multiplicación de oportunidades de gol no parecía dar resultado a River, que no conseguía superar la poblada defensa del Paranaense.
La presión tan solo rindió frutos en el minuto 90 con el cabezazo de Díaz para empatar el partido.