Algunos le darán toda la razón, otros considerarán que es una cortina de humo o excusa para justificar la derrota de Colombia 3-0 ante Uruguay. De todas formas, Carlos Queiroz no se reprimió nada y se fue lanza en ristre contra Fernando Rapallini, el árbitro del juego de Eliminatoria disputado el viernes anterior en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
'No entiendo cómo el árbitro no pita un penalti contra ‘Lucho’ (Luis Díaz) en el minuto 35. El fútbol es un juego de errores y opiniones que nosotros aceptamos con respeto, pero hay errores que no aceptamos. Tengo que salir a defender el trabajo honesto de mis jugadores, su dedicación. Si nadie lo hace, yo lo tengo que hacer, sin miedo, con todas las ganas, de ser necesario, de una confrontación, porque no pitar ese penalti cuando un árbitro está a cuatro metros de una situación, al minuto 35, eso es algo casi criminal, me perdonan, pero no encuentro otra palabra para mostrar la indignación que tengo. A cuatro metros de una situación, un penalti sobre ‘Lucho’, y después, a 40 metros, concede pitar un penalti, dudoso, en el que queda la duda de si Jeison toca al jugador de Uruguay o este a Jeison, pero él ve un penalti claro. Tiene que justificar a la Federación Colombiana de Fútbol su decisión', comentó Queiroz durante una rueda de prensa telemática con medios colombianos.
El timonel portugués se refirió a una jugada contra Luis Díaz que él consideró penalti. En su desahogo, explica que no comprende cómo el juez central ignoró esa acción y sí sancionó de inmediato la de Jeison Murillo contra Rodrigo Bentancur, a pesar de lo lejano que estaba de la escena.
'Ese señor nos mató, ese señor no respetó a Colombia, no respetó a los jugadores. Tiene que explicar por qué no pitó eso a cuatro metros y después, a 40 metros, ve otro. No, a mí, no es necesario, yo ya tengo más de 40 años de fútbol, no necesito ir a afuera para ver que hay viento, me basta con ver los árboles que se están meciendo', disparó el adiestrador luso.
'Yo veo los videos y tengo dudas (del penal de Bentancur sobre Murillo), la prensa tiene dudas, los analistas arbitrales también tienen dudas, consultamos algunos y están divididos. Tiene que explicar, la Federación tiene que hacer algo porque esto no puede continuar así, es nuestro trabajo y nuestros sueños que están ahí afuera, no podemos ser perjudicados por personas que tienen que respetar a Colombia y el trabajo de los jugadores', agregó.
El orientador del combinado patrio consideró que el videoarbitraje es 'una enfermedad' y se atrevió a rebautizarlo con un juego de palabras que hace relación al virus que generó la pandemia actual en el mundo y el año en que salió a flote la ayuda tecnológica en el balompié.
'En este tiempo llegó una enfermedad al fútbol que yo llamo el CO-VAR-18, con todo respeto a la tragedia de salud que estamos viviendo en el mundo, pero ahora nos toca una enfermedad que es el COVAR-18, que nadie entiende, ni los entrenadores ni los jugadores, no se sabe cómo y por qué toman las decisiones, pero este señor que es un árbitro internacional, tiene que justificar a la Federación Colombiana por qué a cuatro metros de una acción que cambia todo el partido y todo el juego, no da penalti que es claro para todo el mundo, es una vergüenza. Eso es algo por lo que tengo que mostrar indignación', insistió el técnico europeo.
'Ustedes saben que esta es la primera vez que hablo de arbitrajes, esto no es para una disculpa, es para alertar a las autoridades del fútbol de Colombia. Tenemos que hacer algo, no es la primera vez que pasa contra los jugadores que yo tengo, es nuestro trabajo, nuestras familias, nuestros hinchas, este señor tiene que justificar cómo no pita un penalti contra Uruguay cuando estaba a solo cuatro metros', reiteró.
En medio de su bombardeo, el DT lanzó dardos a la prensa deportiva colombiana por las escasas críticas a la actuación arbitral de Rapallini. Y nuevamente asumió la responsabilidad de la derrota y pidió a los periodistas que lo fusilen a él y no a sus dirigidos.
'Me indigna más ver que alrededor de nosotros… porque eso en Portugal y en otros países indignaría a toda la prensa, pero aquí parece que los únicos que tienen que decir algo son los entrenadores y los jugadores. Aprovecho para decir que a los jugadores los dejen. Yo estoy aquí para tomar las balas por todos ellos, tiren las balas para mi pecho que yo respondo por esta indignación. ¿Quién toma la responsabilidad de preguntar a este señor cómo dejó pasar un penal tan claro a los 35 minutos?', dijo Queiroz.
'Los que vayan a decir que esto es una excusa, no me da nada, me da igual', añadió el entrenador de 67 años de edad.
'Espero que mis palabras respetuosas no sean razón para una sanción', puntualizó.