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El gran éxito deportivo de Luis Alfonso Marroquín como técnico en propiedad fue clasificar a Colombia a su primer Mundial sub-20 de la Fifa, el cual se realizó en la Unión Soviética, en el año de 1985.

Esa Selección contó con jugadores como Eduardo Niño, René Higuita, Álvaro ‘Calidad’ Núñez, Jairo Ampudia, Wilmer Cabrera, Orlando ‘Pony’ Maturana, Felipe Pérez, José Romeiro Hurtado, Wilson James Rodríguez (padre de James Rodríguez), John Edison Castaño y John Jairo Tréllez, entre otros.

Colombia se clasificó tercera en el Sudamericano, luego de terminar igualada en puntos y en todos los ítems de desempate con Paraguay, con la cual, finalmente, perdió un sorteo de cara y sello que definía el ganador del segundo lugar (clasificaban cuatro al Mundial).

En la máxima cita, la Amarilla igualó 2-2 con Hungría y 1-1 con Bulgaria, cerrando la fase de grupos con victoria 2-1 frente a Túnez. Sumó cuatro puntos —en esa época la victoria se premiaba con dos unidades— y terminó igualada en todos los ítems de desempate con Hungría, pero esta vez el sorteo de la moneda favoreció a nuestro país que accedió a la siguiente ronda del Mundial.

Ahí se encontraría con Brasil, el gran favorito, que finalmente se quedó con el título mundial al vencer en la final a España (1-0).

Colombia cayó 6-0 ante la Canarinha y le dijo adiós a la Copa, pero esa derrota tuvo una anécdota nunca antes relatada, por pedido de Marroquín, técnico de aquella selección juvenil.

Álvaro ‘Calidad’ Núñez le contó a EL HERALDO lo que sucedió previo a ese compromiso y durante los 90 minutos.

'Ese partido tuvo una historia particular que Marroquín dijo que nunca contáramos. Nosotros en la primera fase estábamos en una ciudad donde hacía muchísimo calor y cuando clasificamos nos tocó mudarnos a la sede de Brasil, donde hacía un frío impresionante. Nuestra ropa de frío se la robaron en el avión. A nueve de nuestros jugadores, incluyéndome a mí, nos dio bronquitis aguda previo al partido. En esa lista de enfermos estaban John Edison Castaño, Eduardo Niño, René Higuita, Felipe Pérez, entre otros. La única forma de jugar ante Brasil era inyectarnos un bronco dilatador que se llamaba aminofilina, y eso era doping, pero Joao Havelange, que era el presidente de la Fifa en ese momento, dio el aval para que nos aplicaran una dosis para jugar el primer tiempo y una dosis para el segundo tiempo', cuenta.

'Listo, nos inyectaron, y en el primer tiempo, excelente, el partido 0-0, apretado, pero cuando íbamos a salir para el segundo tiempo, el médico dijo que a él no le habían dado permiso para la segunda inyección intravenosa. Claro, nosotros empezamos a jugar y no podíamos ni respirar. Parábamos tosiendo y no podíamos jugar. Brasil en medio tiempo nos metió seis goles (Gerson 51’, 69’, 90’; Silas 54’; Dida 72’ y Muller 81’).

‘Calidad’ Núñez manifestó que esa derrota afectó demasiado a Marroquín y desde ahí comenzaron sus problemas de salud.

'Brasil se burlaba de nosotros en la cara después de cada gol, venían desde el banco y nos gritaban, y eso terminó afectando al profe. Marroquín se deprimió mucho con esa derrota, se enfermó y a partir de ahí empezaron los problemas de salud de él'.

El exdefensor barranquillero, que fue titular en los cuatro juegos de ese Mundial juvenil, asegura que vivirá siempre agradecido con Luis Alfonso Marroquín. 'Nos formó de forma integral, nos cambió la mentalidad en lo personal y futbolístico, y eso nos llevó a esa actuación decorosa en el Mundial', concluyó.