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Pocas veces se alzan voces de consternación a nivel mundial como ocurrió con la muerte el domingo de la leyenda del baloncesto Kobe Bryant en un accidente de helicóptero en California, en el que también fallecieron su hija y otras siete personas.

Los investigadores federales examinaron ayer los restos del helicóptero que cayó a tierra en California, en un accidente en el que perecieron el quíntuple campeón de la NBA, de 41 años, su hija Gianna, de 13, y otras siete personas, sin dejar sobrevivientes.

El Sikorsky S-76 se precipitó el domingo por la mañana sobre las colinas cercanas a Calabasas, en el sur de California 

Kurt Keetz, un piloto que dijo que voló con Bryant de 2014 a 2016, le dijo al Los Angeles Times que sospecha que el accidente probablemente fue causado por el mal tiempo y no por problemas en el motor.

'La probabilidad de una falla catastrófica del bimotor en ese avión, simplemente no sucede', dijo.

'La neblina era lo suficientemente fuerte el domingo por lo que el Departamento de Policía de Los Ángeles dejó en tierra sus helicópteros hasta la tarde', dijo el portavoz Josh Rubeinstein a la AFP.

El Departamento del Alguacil del condado de Los Ángeles tampoco tenía helicópteros volando el domingo por la mañana, señaló a su vez el alguacil Alex Villanueva a los periodistas.

Bryant viajaba en su helicóptero privado, que partió desde el condado de Orange, donde vivía, cerca de las 9 de la mañana hora local. Cincuenta minutos después el helicóptero se precipitó contra el suelo y estalló en llamas.

Fanáticos se desplazaron al lugar del accidente, provocando embotellamientos que retardaron incluso la llegada de algunos investigadores, por lo que la policía pidió que la gente mantenerse alejada.

'En términos logísticos es una pesadilla porque el sitio del accidente en sí no es de fácil acceso', dijo a periodistas Alex Villanueva.

'Es un terreno muy accidentado, muy peligroso incluso en pleno día y más en medio de la noche', advirtió.