Bendecidos por Jesús, Brasil se colocó el martes en la final de la Copa América tras vencer por 2-0 en Belo Horizonte a una aguerrida Argentina, que con esta derrota prolonga su eterno eclipse de triunfos y ensombrece el cielo de Lionel Messi.
El estadio Mineirao fue escenario de una batalla sin cuartel. La Canarinha de Tite hizo respetar casa y honor con inspirado Gabriel Jesús que abrió el marcador a los 19 minutos. Sería el atacante del Manchester City quien habilitaría después a los 71 minutos a Roberto Firmino, para sentenciar el duelo.
Brasil se verá el domingo en el Maracaná con el vencedor del duelo entre Chile y Perú este miércoles en Porto Alegre, mientras que Argentina jugará un día antes por el tercer puesto en Sao Paulo.
Gabriel Jesús contó con la complicidad de un iluminado Dani Alves, que acabó con mediocampo y defensa para habilitar a sus compañeros y participar de los ataques, mientras Philippe Coutinho y Artur desactivaban las bombas y contenían el ataque rival.
Por su parte, Argentina tuvo algunos chispazos, con un Lionel Messi que no llegó a despertar del todo pero que sacó algunos trucos del sombrero y puso a bailar samba a zagueros como Thiago Silva, Alex Sandro y al propio volante Casemiro, aunque sin finalizar.
La Albiceleste del novel DT Scaloni tuvo dos clarísimas: un cabezazo al travesaño de Sergio Agüero y un monumental mágico tiro libre de su máxima estrella, Messi, que fue capturado en el ángulo por el golero Alisson.
En el Mineirao, aquel estadio en donde la sangre de Brasil fue derramada en 2014 con el 7-1 a Argentina, la Canarinha avisa que no aceptará otro vejamen más.
Ya le ganó allí a Argentina en la eliminatorias de 2016 por 3-0 y hoy lo vuelve a hacer, en medio de los gritos de 'ole, ole' de su tan bipolar 'torcida', que la ama en los triunfos pero que la desprecia en las derrotas.
Messi y sus amigos hacen maletas rumbo al sur, donde deberán continuar con el trabajo de crecimiento de un equipo con mucha sangre joven y un DT que también lo es.