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Por Salomón Asmar Soto
Twitter: @heybarro

Mechas, discos y pólvora. Detrás de una línea amarilla, dos jóvenes se concentran en su objetivo, un pequeño triángulo relleno de pólvora. Con el peso del tejo en sus manos, uno de ellos lo lanza 18 metros hasta el tablero de arcilla. La pequeña placa recibe de lleno el impacto y explota. El campo de juego estalla en júbilo, una emoción que define esta disciplina.

El tejo es el deporte nacional de Colombia. Hace 500 años que en el país se lanzan discos, se acomodan las mechas y explota la pólvora. Contrario a la costumbre barranquillera, el deporte no llegó a la ciudad por el mar, como el fútbol y el resto de competencias, sino que fue importado desde las montañas de la fría Boyacá.

Para sorpresa de muchos, el tejo se practica hace más de 35 años en Barranquilla. La Arenosa, cálida y alegre con sus visitantes, lo acogió desde entonces y ha ido conquistando a sus habitantes. El Club Social y Deportivo Búcaros, sede de las justas de tejo en los Juegos Supérate celebrados en la ciudad, recibió el día de ayer el torneo intercolegial de este deporte.

Jugadores intercolegiales de tejo llegaron a Barranquilla provenientes de todos los rincones del país. Rolos, paisas, santandereanos, pastusos, vallunos y costeños se midieron como iguales cuando inició la jornada a las 9 de la mañana.

Resultó extraño jugar tejo tan temprano en el día, pero es ese justamente el plan de la federación nacional de esta disciplina. Por muchos años, el tejo ha cargado con el estigma de ser un juego de viejos y borrachos. El consumo de alcohol y las apuestas son apenas algunos de los vicios relacionados con un deporte que inició hace algunos años una redención ante los ojos del país y de la región Caribe.

'El tejo tiene que ser visto como lo que es: arte y precisión. No tiene por qué entenderse que estamos incentivando a los niños a consumir alcohol, cuando lo que queremos es la construcción de centros de formación para que los más jóvenes vean un futuro en el deporte', aseguró Álvaro Rojas, presidente de la Federación Nacional de Tejo.

Para él, el cambio generacional en este deporte no está siendo tan rápido como esperaban. La poca masificación del deporte y los estigmas que carga serían algunos de los argumentos en contra de esta disciplina. A pesar de todo, la participación de más de 5.000 niños en las clasificatorias de los Juegos Supérate le dan al Tejo un nuevo aire y un futuro diferente.

En el Atlántico, departamento futbolero, boxeador y beisbolista, el tejo quiere formar parte de la fiesta. La delegación integrada por jóvenes de la Institución Educativa Juan 23 de Malambo participa con orgullo en las justas de esta disciplina en los Juegos Supérate 2018. Cuando de encender mechas se trata, hace mucho que los costeños no son foráneos y estos estudiantes lo quieren demostrar.

'Con unos conos y unas botellitas llenas de arena armamos una cancha rudimentaria donde practicamos', contó Óscar Chávez, profesor de Educación Física del colegio Juan 23. Este equipo, conformado por siete estudiantes, logró el título regional en las ramas masculina y femenina, lo que los clasificó a los Supérate. 'Desde la Federación Nacional de Tejo nos incentivan para que motivemos a todos los jóvenes a participar en esta disciplina que no es muy popular', expresó.

 Luis Javier Torres, estudiante y jugador de tejo, es uno de los integrantes de la Selección Atlántico. Hace dos meses el entrenador descubrió su talento cuando lo vio jugando a la rana y decidió convertirlo en su pupilo. 'Quería experimentar algo bueno y me ha ido muy bien. Estoy feliz porque estoy aprendiendo cosas nuevas y no estoy en las calles', afirmó.

El reto no es fácil, pero las piezas ya están en movimiento. La Federación Nacional de Tejo tiene en planes el proyecto de un tejódromo en Barranquilla y conquistar al Distrito sería uno de sus primeros pasos. Otro de los pasos clave, el resurgir de la Liga de Tejo del Atlántico, ya está en proceso.

'El proyecto va muy bien. Ya se está jugando tejo en Repelón, Sabanalarga, Santo Tomás, Malambo, Baranoa y Sabanagrande', explicó con emoción Gloria González, jugadora de tejo atlanticense que ostenta cuatro títulos nacionales. Ella, junto a otros deportistas del departamento, trabaja para reformar la liga.

'Queremos demostrar que esto no es un deporte de borrachos sino una disciplina muy linda, con muchas cualidades. El tejo requiere aptitudes físicas y mentales y, como cualquier deporte, se presta para toda la familia', expresó González ilusionada, —quizá— imaginando un Atlántico enamorado del tejo.