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Carlos Alberto Ramírez Yepes, el bicicrosista colombiano que acaba de ganar bronce en el BMX de los Juegos Olímpicos Río de Janeiro-2016, es hijo del médico barranquillero Juan Carlos Ramírez Fontalvo.

Juan Carlos, que vivía en el barrio La Campiña, en cercanías al Parque Venezuela, es egresado del Colegio San José (1979) y de la Universidad del Norte. Al terminar la carrera se trasladó a Medellín, donde se radicó, se casó con la paisa Ana María Yepes y vio nacer y crecer a sus dos hijos, Juan Carlos, estudiante de medicina de 18 años, y Carlos, el deportista de 22.

En la capital de Antioquia se dedicó a ejercer la especialización que adquirió en España, medicina nuclear, y a impulsar la carrera deportiva de Carlos Alberto.

'‘Carlitos’ ha sido campeón mundial en todas las categoría de la UCI. Hace bicicrós desde su infancia, siempre apoyado por su mamá y su papá. Si no lo patrocinan sus padres de familia, no encuentra apoyo en las ligas, sobre todo en la etapa de formación. Los empiezan medio a apoyar cuando ya están dando frutos', asegura Emiliano Morillo, medico barranquillero, mejor amigo de Juan Carlos Ramírez y padrino del medallista olímpico.

'Juan Carlos y yo éramos vecinos en el barrio La Campiña. A Carlos lo bautizaron en la iglesia Torcoroma, su padrino soy yo, que soy uno de los mejores amigos de Juan Carlos', cuenta Morillo, que suele recibir a los Ramírez Yepes en su hogar en Barranquilla y ellos a su familia en Medellín.

'Carlos es un hijo más para mí y los míos son hijos más para Juan Carlos', afirma el galeno. 'Carlos viene muy seguido a Barranquilla, estuvo enamorado de una chica acá. Siempre viene de descanso y es muy amigo de mi hijo futbolista, Nicolás Morillo (del Pachuca de Estados Unidos)', agrega.

El reconocido urólogo sexólogo considera que ese tercer lugar en Río-2016 es gracias al talento innato de Carlos Alberto y al respaldo económico de sus padres.

'A través de su propio pecunio ha respaldado a su hijo. Afortunadamente tiene los medios, ha sido un médico nuclear exitoso, tiene diferentes centros, es pudiente. Y Carlos le demostró que podía darle frutos. Por eso lo mandaba a Estados Unidos y Europa para que se pudiera preparar', expresa Morillo.

'El primer casco profesional que tuvo Carlos Alberto se lo regalé yo. Después que ganó un mundial yo le dije al papá que quería hacerle obsequio como premio y me dijo que Carlitos quería un casco: me costó un billete largo (risas)', recuerda Morillo.

MÁS DEL MEDALLISTA

Carlos Alberto, que no toma licor y 'come como recién aparecido', según su padrino, practicó varios deportes (baloncesto, natación y fútbol, entre otros) antes de convertirse completamente en bicicrosista.

En su casa campestre, en La Estrella, municipio cercano a Medellín, donde es vecino de Mariana Pajón, Carlos Alberto tiene una motocicleta de 800 centímetros cúbicos que hace parte de sus pasatiempos extremos.

'Siempre fue muy inquieto, súper inquieto, le gustaban todos los deportes, y todos los hacía bien, ama la velocidad y el vértigo', dice su padrino.

Entre los planes del medallista, que en la actualidad representa a la Liga de Cundinamarca, figuraba retirarse del BMX después de las justas de Río y seguirles los pasos a su papá y su hermano en la medicina, pero la conquista del bronce seguramente lo mantendrá cabalgando el ‘caballito de acero’ y con la mira puesta en el oro de Tokio-2022.

Twitter: @rajocavi