Compartir:

El sacrificio de Briggite Merlano no fue en vano. Sacar plata de su propio bolsillo para costear su preparación dio sus frutos el pasado sábado cuando logró en Medellín la clasificación a los Olímpicos de Río-2016.

La atleta barranquillera ahora espera más ayuda por parte de los entes encargados del deporte en el Distrito y el Departamento.

¿Qué significa esta clasificación a los Olímpicos de Río?

Una emoción inmensa. Estaba bien preparada y hasta que uno no hace la marca no queda tranquila, ya se dio y ahora hay que planificar y pensar en los entrenamientos que vienen para las olimpiadas.

¿Por qué crees que consigues el cupo?

Por muchos años he estado entrenando y uno puede ver las deficiencias que tiene en ciertas áreas y nos percatamos que teníamos que mejorar mucho la salida y las tres primeras vallas y nos concentramos mucho en trabaja eso y ahí marqué la diferencia.

¿Qué diferencia hay entre la Briggite Merlano que estuvo en Londres 2012 y la que acaba de lograr el cupo a Río?

Cuando fui a Londres eran mis primera olimpiadas, había estado en mundiales de atletismo, pero nada se asemeja a los que son unos Juegos Olímpicos. Lastimosamente ese año me lesioné y tuve tres meses parada y no pude hacer la preparación que quería. Me logré recuperar, pero no llegué con buen ritmo competitivo y fue algo triste.

¿Para qué está Briggite Merlano en los Olímpicos de Río?

Busco mantenerme corriendo los 12 segundos, bajar el tiempo que hice para lograr el cupo y poder soñar con llegar a la final de las olimpiadas.

¿Es descabellado pensar en una medalla?

El sueño de todo deportista es soñar con una medalla olímpica. Siempre he soñado con eso, cierro los ojos y me veo en el podio olímpico.

¿Qué significa para usted ser la primera barranquillera en estas olimpiadas?

Vivo en Puerto Rico hace 10 años, pero soy completamente barranquillera. De desayuno dominguero con arepa e huevo. Para mí es un gran orgullo representar a mi región, a la Costa Atlántica. Y aunque somos 121 clasificadas ser la única de Barranquilla es algo lindo.

¿Qué fue lo primero que hizo cuando logró el cupo?

Le agradecía a Dios por darme la fortaleza. No soy una atleta joven y todos los días tenía muchas cosas en mi cabeza. Me deprimía mucho porque no tenía los recursos y tenía que buscar el dinero para pagar muchas cosas que necesitaba como la fisioterapeuta, no poder colaborar mucho en mi casa y cosas así. Como esto me apasiona, seguí adelante.

¿Usted misma se ha costeado los recursos de la preparación?

Sí, todo. Una de las cosas que me ayudó mucho fue que comencé a pagar una fisioterapeuta, eran 80 dólares semanales, no tenía dinero y me embarqué. Tenía que prestarle dinero a mi esposo, hacer un trabajito a las amigas de la universidad. Indeportes me vino a pagar apenas en abril. Yo vengo entrenando desde noviembre con gastos costeados por mí.

¿Pero usted sigue siendo deportista apoyada de Indeportes?

Sí, todavía lo sigo siendo. Ellos no nos pagan los tres primeros meses del año y en ese tiempo uno tiene gastos. A mí me depositan en pesos colombianos y tengo que sacarlos en dólares, prácticamente no saco nada. Si me pagan un millón de pesos lo que me da es como 250 dólares, y eso no es nada.

¿Qué otras cosas hizo?

Yo tenía trabajo como fonoaudióloga, pero desde el año pasado solo laboro dos días a la semana. Había hablado con Joao Herrera (Secretario de Deportes del Distrito), él me prometió que me iba a ayudar y yo dejé el trabajo, pero nunca me ayudó, nunca recibí ni una moneda. Con esos dos días me pago la fisioterapia y las demás cosas.

Entonces ha sido grande el esfuerzo...

Sí, son muchas cosas. A mi entrenador yo no le doy ni un peso y él me regaló el mes pasado unas zapatillas de correr.

¿Después de lograr el cupo que le han dicho de Indeportes?

Indeportes me pagó el pasaje y el hospedaje para ir a Medellín. La Gobernación nos ayuda y siempre han acogido a los deportistas de la costa, pero yo nunca he recibido una ayuda del Distrito.

¿Le han propuesto irse para otras ligas?

Siempre. Llevo años que la Liga del Valle y de Bogotá me han solicitado para que me vaya para allá, pero yo soy orgullosa de ser del Atlántico. Yo me voy y no hay nadie que represente al atletismo en la costa. Soy la única atleta que ahora mismo queda.