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Este lunes por la noche a las 9:35, quince minutos después del fallecimiento de El Campeón, la primera llamada obligada para buscar reacciones en la ciudad al fatal desenlace era la de Víctor Prieto Castro, ‘Piropero’, un hombre que compartió diez años como locutor comercial junto a Édgar Perea.

'¿Aló, Víctor? Buenas noches. Ya sabes lo qué pasó, no.

- ¿Ya está confirmado?

-Sí, hace cerca de quince minutos

-(Víctor respira profundo y exhala tratando de tomar fuerza). Él fue mi papá en los medios. (Hace una nueva pausa para poner su atención en la televisión que se escucha al fondo). Ahí está la noticia...eh, qué vaina tan jodida'.

El veterano hombre de medios de 65 años conoció al ‘Negro’ Perea cuando este le dictó clases de inglés en el Liceo de Bolívar, la más referente de las instituciones académicas en sus años mozos como joven bachiller.

'Gran amigo, mi compadre. Me bautizó una hija (Kelly Prieto). Fue mi patrón en las transmisiones, pero nunca se comportó como tal. Fue un gran ser humano'.

De repente la voz quebrada advirtió que el peso de los recuerdos comenzó a afectarlo. Como si le pasara un río de recuerdos frente a sí, detallando cada momento que compartió con el icónico hombre de las narraciones deportivas en el país.

'Pasará mucho tiempo para que aparezca alguien tan polifacético como él'.

Víctor se siente agitado al otro lado de la línea. No es fácil para él recibir la noticia a quemarropa de la muerte de un gran amigo y su compadre.

'Compartimos diez años entre La Voz de Barranquilla, La Voz de La Patria y Radio La Libertad. Trabajar a su lado me abrió las puertas para otras fases de mi carrera como cuando me fui para Bogotá a Radio Continental'.

'Estuvimos en grandes momentos de su amado Junior. Fueron experiencias inolvidables que marcaron mi vida profesional y me sirvieron de tarjeta de presentación para otras etapas en mi carrera como locutor radial'.

EL PIROPERO

Hablar de Víctor Zenón Prieto Castro es hablar de un locutor de amplio recorrido por ciudades como Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín, lugares por donde dejó altas notas de su capacidad profesional pulida al lado de Perea.

Pero fue el apodo del 'Piropero' la etiqueta que más lo marcó.

Un remoquete que nació de la inspiración de Perea cuando compartieron cabina radial.

'Él decía que era el mejor calificativo para alguien que era muy coqueto con las mujeres. A partir de la primera vez que lo hizo público en una transmisión, así quedé bautizado. Ya nadie más en Barranquilla, ni en el resto del país me llamaba de una forma diferente', contó el periodista que retornó hace años a la ciudad.

Para Prieto la muerte del 'mejor narrador de todos los tiempos en Colombia' es un golpe 'muy doloroso, no sabría cómo explicarte lo que siento en este momentos'. Terminó con la voz quebrada.