Dentro del ring ganó muchos combates, con sus puños mandó a más de un rival a la lona y se coronó campeón Mundial. Se tropezó con el mundo de las drogas, un adversario al que le costó derrotar. Fueron 18 años sumergidos en la perdición, un duro escollo que pudo noquear con la ayuda de Dios y su familia.
Hilario Zapata, ese que protagonizó dos pleitos estelares con el colombiano Fidel Bassa, regresó el miércoles a Barranquilla (como uno de los invitados a la velada ‘K.O. a las drogas’) y contó detalles de su vida personal. En la mente del panameño están frescos los recuerdos de esos duelos con el magdalenense, al que admira y aprecia.
¿Actualmente a que se dedica Hilario Zapata?
En Panamá trabajo en el banco hipotecario, soy conductor, mensajero que apoya a la gerencia.
¿Está alejado del mundo del boxeo?
No, en mi casa tengo un pequeño gimnasio. Vendí mi carro y con la plata hice un gimnasio. A 12 personas les doy clases, tengo tres boxeadores amateur.
Muchas cosas pasaron en sus duelos con Fidel Bassa. Por ejemplo, en Panamá muchos colombianos quedaron debajo del ring...
No solamente colombianos (risas). Bassa y yo también quedamos debajo del ring. Ahora que Fidel estuvo en Panamá recordamos ese episodio.
¿En realidad qué pasó en esa pelea con Fidel Bassa en Barranquilla?
El fanático en Barranquilla conocía la trayectoria de Hilario Zapata, entonces ellos estaban buscando un argumento para sacarme de casillas. Desde mi primer día me decían de todo. Al día siguiente, cuando salí a correr, me tiraron una cosa grandota llena de orín. Después en el gimnasio, de repente, alguien me grita : Hilario préstame a tu mujer para… Y cuando giro hacia atrás el tipo le estaba agarrando los senos a mi esposa. Cuando vi eso, quería salir del ring.
¿Es decir que llegó caliente al combate?
El que sube al ring tiene que ser un verdadero profesional y yo subí sereno. Yo no era un pegador, era un estilista, salí a hacer mi boxeo clásico. Como los fanáticos vieron que le estaba dando problemas a Bassa, entonces lo ayudaron, me jalaron el pie y el árbitro estaba cag... No me sentía bien, en el octavo asalto veía a dos Bassa, a veces tiraba y fallaba, tiraba para dos lados.
¿Quién fue mejor: Bassa o usted?
Ninguno. En el ring todos somos ganadores.
¿Tiene buena relación con Bassa?
Sí, claro. Esto es un deporte y no es de enemistad. Quiero y aprecio mucho a Bassa, a quien admiro por todo lo que ha hecho. Sé cómo ha crecido su negocio. Ojalá y yo, en lugar de meterme en ese mundo de las drogas, hubiese hecho lo mismo que él. Quizá hoy en día fuese un empresario o promotor de boxeo en Panamá, pero el destino es así.
¿Cuánto tiempo estuvo inmerso en las drogas?
18 años. Con la ayuda de Dios y mi familia logré salir de eso. Hoy en día estás viendo un Hilario hermoso.
¿La fama hizo que la mente se le nublara y por eso cayó en el mundo de las drogas?
No fue la fama. Mi familia sufrió mucho. Mi esposa ha vivido lo bueno, lo malo y lo feo. Cuando veo gente en la calle, indigentes, le digo a mis hijos: hijo, así estaba su padre.
¿La pelea con las drogas fue la más dura que tuvo?
Claro, si estuve 18 años metido en ese flagelo. Fueron muchos asaltos. Yo decía: muero siendo un drogadicto. Ese era mi pensamiento porque yo iba a todos los centros de rehabilitación y no veía resultados. Pero un día comprendí que no eran los centros de rehabilitación sino yo.
¿Quedó tranquilo porque su madre se fue al cielo viendo a Hilario Zapata recuperado?
Así es porque mi mamá murió estando yo en hogares Crea y yo la fui a ver, estaba contenta y feliz. Días después me llamó el líder y me dijo que mi mamá había fallecido. Cuando me dijo eso comencé a reírme y luego me puse a llorar. Yo quería mucho a mi madre.
Cuando usted llegó a pelear con Bassa en Barranquilla, un periodista (Hugo Urruchurto) le dijo que usted le pegaba a su mamá, ¿qué fue lo que pasó?
Él me hizo una pregunta, pero a la vez fue un señalamiento, me habló muy bruscamente y sale con que yo le había pegado a mi mamá, cosa que nunca sucedió. Lo que pasó fue que tuve una pelea con mi hermano y ella se metió y sin querer recibió un pequeño golpe, pero eso no significaba que yo le había pegado a mi madre. Nunca le pegué a mi mamá. Lo primero que hice cuando me coroné campeón mundial fue comprarle una casa a mi mamá.
¿Es cierto que después de la pregunta usted intentó arremeter contra el periodista?
Lo que pasó fue que él me volvió a replicar y ahí sí me le fui encima, yo le iba era a meter su cachetada. Ni me acuerdo quién es el periodista y si lo veo tampoco lo voy a agredir porque fueron momentos de fogueo.
¿Cuál fue el golpe más fuerte para vencer a la droga?
Cristo, Jesús. Noqueé al rival más duro, la droga.