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El Atlético de Madrid ganó en el nuevo campo de San Mamés, un terreno de juego en el que no lograron la victoria ante el Athletic Club esta temporada ninguno de sus dos rivales por el título liguero, el FC Barcelona y el Real Madrid.

El Barsa, de hecho, cayó derrotado en su visita a la nueva Catedral en la decimoquinta jornada de Liga. Precisamente, en ese partido el Athletic se alzó a una cuarta plaza de la tabla clasificatoria que no abandonó desde entonces y que tiene asegurada al menos una semana más.

Fue un gol de Muniain el que decidió ese choque, disputado el pasado 1 de diciembre.

Siete jornadas después, el 2 de febrero, el Madrid tampoco fue capaz de ganar en el encuentro en el que fue expulsado Cristiano Ronaldo. Se adelantaron los blancos con una tanto de Jesé, pero Ibai Gómez puso la igualdad a un gol con la que terminó el partido.

Ayer al Atlético se le adelantó al Bilbao, pero, lanzado por Diego Costa, remontó hasta conseguir una victoria con tantos del propio hispanobrasileño y Koke.

Este triunfo es el segundo del Atlético en el nuevo San Mamés, ya que anteriormente lo hizo también en la vuelta de cuartos de final de la Copa del Rey. En aquella ocasión, el 29 de enero, fue además el primer equipo que ganó en el nuevo campo del Athletic en cualquier competición.

Solo otro equipo ganó en el nuevo campo, el Espanyol en la vigésima cuarta jornada (1-2).

El Celta de Vigo sumó un valioso triunfo ante el Sevilla (1-0), en un partido vibrante, intenso y que se decidió a falta de cuatro minutos, después de que Martínez Munuera señalara un riguroso penalti por mano del argentino Fazio, que Nolito transformó para acercar un poco a su equipo a la permanencia.

El técnico sevillista, Unai Emery, demostró tener muy bien estudiado a su rival. Con las líneas muy juntas en el centro del campo, su equipo neutralizó en el arranque a un Celta que tenía el balón pero apenas creaba peligro.

El partido estaba abierto. El Celta, fiel a su estilo, atacaba con todo; el Sevilla defendía y contragolpeaba gracias a la velocidad del colombiano Carlos Bacca, una pesadilla para los defensas celestes.

Un penalti transformado por Lionel Messi, a un cuarto de hora para el final, dio la victoria al Barcelona (1-0) en el derbi contra el Espanyol.

Fue un partido intenso, disputado y polémico, con una primera mitad especialmente movida, jugada a ritmo de vértigo, con ocasiones claras para ambos equipos, un gol fantasma del argentino Diego Colotto e incluso un penalti de su compatriota Javier Mascherano a Javi López no señalado por Clos Gómez.

Empezó mejor el Barsa que, fiel a su estilo, rápidamente se hizo con el mando del partido, marcando los tiempos merced al claro dominio en la posesión del esférico.

En la partitura del conjunto azulgrana, Messi volvía a tener un protagonismo capital, sacando de sus sitios a Colotto o el mexicano Héctor Moreno para recibir entre líneas y sembrar el caos en torno a la meta defendida por Kiko Casilla.

El crack de Rosario pudo batir al portero españolista en un cabezazo que salió por encima del travesaño y habilitó a un voluntarioso pero poco inspirado Neymar, con el punto de mira desviado cada vez que encaraba a Casilla.

Por último, Real Madrid respondió a las victorias de Atlético de Madrid y Barcelona con un triunfo balsámico ante un Rayo Vallecano que pagó cara su valentía (5-0), en un duelo que sirvió para levantarse al equipo de Carlo Ancelotti y zanjar su semana más negra de la temporada.

Saltó el Real Madrid sintiendo una presión que hace meses no experimentaba. Del liderato en solitario a ser el tercero de los aspirantes al título, conocedor del triunfo del Atlético de Madrid y Barcelona, digiriendo aún dos derrotas en el peor momento (el Clásico ante el Barsa y el tropezón del Sánchez Pizjuán frente al Sevilla).

Marcaron para el triunfo merengue Cristiano Ronaldo, Carvajal, Bale (2) y Morata.