Desde hace ya varias décadas, las redes sociales han surgido como poderosas plataformas que conectan a personas de todo el mundo, transformando la comunicación y, con ello, el uso del lenguaje.
Sin embargo, este fenómeno no ha escapado a las críticas, ya que la rapidez y la inmediatez de estas plataformas han llevado a una simplificación de la comunicación escrita, priorizando la brevedad sobre la riqueza expresiva.
Asimismo, la limitación de caracteres ha impulsado el uso extendido de abreviaturas y acrónimos, generando inquietudes sobre la claridad y la calidad del lenguaje empleado. A esto se suma las penalizaciones en redes, que han llevado a estrategias como la alteración de palabras para 'engañar' a los rastreadores, con el cambio de vocales por figuras geométricas, símbolos y números, lo que plantea interrogantes sobre la integridad del idioma.
Por ejemplo, para reemplazar la palabra ‘asesinato’, con la cual se podría acarrear una sanción o bloqueos por días en una red social como Facebook, los usuarios la convierten en ‘4ses1nat@’ como una forma de evitar una ‘captura’ de los rastreadores de fallas.
Otro ejemplo es con la palabra ‘discriminación’ la cuál escriben como ‘d!scr!m!n@c!on’ intercalando caracteres especiales para dificultar la detección.
Desde una perspectiva filológica, esta tendencia hacia la simplificación y la informalidad en la comunicación escrita ha generado preocupaciones válidas.
Expertos en el estudio del lenguaje señalan que estas prácticas pueden afectar la profundidad y la precisión que caracterizan nuestro idioma, erosionando la elegancia inherente del mismo.
Frente a este tema, Eduardo Durán Gómez, abogado y director de la Academia Colombiana de la Lengua, expresa sus preocupaciones legítimas sobre el impacto negativo que estas tendencias pueden tener en el idioma español.
'Hoy en día están surgiendo una serie de procedimientos que sin duda afectan la belleza del idioma castellano, que es tan rico y que ofrece tantas alternativas, pero que muchas veces no las utilizamos. Porque no estamos en capacidad y en disposición de abordar el potencial del idioma, no leemos', dijo Durán.
Destaca cómo la rapidez en las interacciones en redes sociales puede propiciar la superficialidad en la expresión, dejando de lado la profundidad y la precisión que enriquecen el idioma. Además, resalta la distorsión y el maltrato del idioma como resultado de la aplicación de las nuevas tecnologías, subrayando la importancia de campañas para proteger el español.
Durán confirma la existencia de esa tendencia sintetizadora y cómo este aspecto puede afectar la riqueza y la claridad del idioma. Además, comenta cómo la rapidez propia de las interacciones en redes sociales puede impulsar la superficialidad en la expresión, dejando de lado la profundidad y la precisión.
Asimismo, destaca la necesidad de promover la lectura como medio para explorar y entender la riqueza del idioma, una herramienta valiosa para contrarrestar las limitaciones lingüísticas que surgen de la falta de lectura.
También señala la importancia de documentar términos regionales y la inclusión de anglicismos, reflexionando sobre cómo estas influencias pueden afectar la pureza y la identidad del español.
Aunque reconoce que el español ha absorbido términos de diversas fuentes a lo largo de su evolución, se plantea la cuestión de cómo estas influencias pueden afectar la pureza y la identidad del idioma.
Un ejemplo específico a nivel regional, mencionado por el director de la Academia Colombiana de la Lengua, es la reciente canción de Carlos Vives, que introduce un término muy característico del caribe colombiano, ‘mondar’.
Aquí evidencia la diversidad lingüística regional y la necesidad de documentar y popularizar los términos para su posible inclusión en diccionarios y reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Es innegable el impacto de las redes sociales en el uso del lenguaje, y las preocupaciones expresadas resaltan la necesidad de abordar este fenómeno con cautela.
Eduardo Durán Gómez envía un mensaje motivador a los jóvenes: 'Lean y aprendan a asimilar el idioma. El que no lee, no escribe bien, no está en capacidad de expresarse bien. El conocimiento y la expresión van de la mano, y la lectura es la llave para abrir las puertas del idioma'.
El desafío finalmente radica en encontrar ese equilibrio entre la inmediatez de lo digital y la preservación de la riqueza que posee nuestro idioma. La evolución del lenguaje es inevitable, pero la responsabilidad recae en cada usuario de las redes sociales para contribuir a un uso consciente y respetuoso, recordando siempre la importancia de la lectura como una herramienta fundamental para el desarrollo lingüístico y cultural.