Compartir:

'Mi vida es una banda sonora', dice Jacobo Vélez con voz pausada desde el otro lado de la línea telefónica.

'En esa película que es mi vida hay unos referentes: James Brown, Maceo Parker, Yellowman, Bob Marley, Rubén Blades, Manu Chao y muchos otros', manifiesta el vocalista de La Mamba Negra, una agrupación caleña que estará por primera vez en Barranquilla el 8 de febrero en el marco del Carnaval Internacional de las Artes.

Cuando Jacobo hace una canción dice 'sentir' la necesidad de contar su historia, de agarrarse de esos referentes que le marcaron en la música.

'Yo me puedo describir como una entidad nacida de esa misma mezcla, yo soy esa banda sonora y es lo que pongo en mis partituras y en la música que produzco', agrega el autor de El sabor de la guayaba o La compostura, canciones con un intenso sonido a mar, a arena, a trópico y Pacífico.

La Mamba Negra es una apuesta sonora que mezcla la salsa neoyorkina de los años 70, el latín jazz, melodías jamaiquinas, funk y hip-hop; una mixtura única de sonoridades que acaricia los oídos invitando inevitablemente al disfrute del cuerpo a través de las músicas.

En la conversación vía Whatsapp que sostuvo con EL HERALDO, desde su Cali natal, el compositor, productor, saxofonista y cantante dice que su naturaleza musical es 'el sentido de la misma civilización humana': la mezcla.

 'Creo que hay que mezclarse para ‘re-crearse’ y reinventarse y la música no está afuera de ese sentido'.

Para él, la cumbia, ese ritmo que 'se cocina en el Caribe' es un ejemplo de ese espíritu que pervive y se mezcla a sí mismo.

'La cumbia es la evidencia: un ritmo triétnico de la cultura mesoamericana, africana y europea. Los músicos intervenimos cuando se juntan culturas pero ese es el espíritu de ella misma como entidad que se reinventa. Yo lo único que hago es disfrutar de esa posibilidad', agrega el artista desde su natal Cali.

'¿Me entendés?', dice con un marcado acento del Pacífico, seguido de una risa fresca que pone de manifiesto una de sus consignas. 'El sabor de la gente porteña que baila con la vida', como lo dice su canción Somos más, un sencillo en el que reflexiona sobre la coexistencia del hombre entre el puerto y el mar.