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De los escritores foráneos que dejaron huella en Cuba, y con permiso de Ernest Hemingway, fue Gabriel García Márquez quien tejió la más profunda y duradera relación con la isla, que este jueves celebró con emoción el 90 'cumpleaños' del colombiano y el medio siglo de su universal 'Cien años de soledad'.

'Cuba siempre estuvo entre sus preocupaciones, entre sus afanes, entre sus riquezas y pérdidas, alegrías y dolores durante una larga relación que mantuvo con el país', señaló a Efe el escritor cubano Leonardo Padura.

El premio Princesa de Asturias de la Letras en 2015 se unió al homenaje que esta jornada se rindió a Gabo en la Casa de las Américas, una institución cultural a la que el literato, fallecido en 2014, estuvo estrechamente vinculado.

Padura, junto al embajador de Colombia en Cuba, Gustavo Bell, y al responsable de la editorial Planeta en México, José Calafell, repasó la relación del padre del realismo mágico con la isla caribeña, un vínculo que trascendió lo literario y llegó hasta lo político en virtud de la estrecha amistad que mantuvo con el fallecido mandatario Fidel Castro.

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'La relación de Gabo con Cuba fue muy diversa', aseveró Padura, quien recordó la admiración del autor nacido en Aracataca por figuras de las letras cubanas como Alejo Carpentier, Eliseo Diego, Guillermo Cabrera Infante o José Lezama Lima.

Pero los lazos de García Márquez con la isla caribeña fueron más allá de la literatura y la política hasta llegar al séptimo arte, pues fue uno de los impulsores de la hoy renombrada Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, donde cada año dictaba un curso fijo de guiones llamado 'Cómo se cuenta un cuento'.

Sin embargo, el colombiano fijó limites en la forma en que abrazó a Cuba.