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Mientras intenta dejar en el pasado el drama de la guerra, Héctor Anaya, uno de los centenares de campesinos cordobeses beneficiados con el programa presidencial de restitución de tierras, asegura que su mayor complacencia es 'sentir de nuevo el aire puro del campo'.

El testimonio de este campesino, que como muchos en esta región han vuelto a las labores en las que crecieron y que un día fueron interrumpidas por los grupos armados ilegales, se enmarca en el compendio de experiencias de retorno con las que se escriben nuevas historias de satisfacción en Córdoba.

'Ahora que puedo dormir allá en la parcela con tranquilidad y sentir de nuevo el aire puro y la paz del campo, mi familia y yo estamos muy motivados y con más ganas de empezar de nuevo con la ganadería y los cultivos. Estoy muy agradecido con Dios y con el Estado', sostuvo Héctor, en medio de un auditorio con cupo lleno durante un foro de restitución este fin de semana organizado por la Unidad de Restitución de Tierras y la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) Montería, a través de la facultad de Comunicación Social.

En este Departamento cerca de 4.500 familias han sido favorecidas con fallos de restitución, para devolver a sus legítimos dueños, a la fecha, al menos 5.500 hectáreas en municipios como Tierralta, Pueblo Nuevo, Valencia y Montería, donde en otrora predominó la ley de los grupos armados como las Auc.

Una de las experiencias más provechosas, según lo cuentan los mismos labriegos, propietarios de nuevo de sus tierras, está en las parcelas de Cedro Cocido, donde el dolor y el miedo, que empiezan a quedar atrás, tiene un solo punto de encuentro: el retorno.

'Luego de pasar mucho trabajo con mi familia al salir de mi parcela, volvimos con más ganas cuando nos restituyeron. Ahora conformamos la Asociación de Productores Agropecuarios de Cedro Cocido (Assopacol), con 37 familias de la zona, trabajamos unidos y pronto tendremos funcionando nuestro centro de acopio lechero', afirmó José Alarcón, representante legal de la Asociación y beneficiario de la mencionada comunidad.

La hacienda Cedro Cocido, de 1.410 hectáreas, fue arrebatada a campesinos por los hermanos Castaño Gil, máximos jefes de las Auc en los 90 en Córdoba y Urabá y la recuperación de las primeras 340 hectáreas se derivó de un fallo del Juzgado Segundo Civil Especializado en Restitución de Tierras en agosto de 2013. El predio está ubicado en la vereda el Tronco, jurisdicción del corregimiento Leticia, en zona rural de Montería.

Para el director territorial de la Unidad de Restitución de Tierras en Córdoba y Sucre, Álvaro Tapia Castelli, 'han sido seis años de ardua labor de la URT para devolverles a los campesinos víctimas del conflicto sus derechos sobre las tierras'.

El funcionario sostiene que la entidad espera poder intervenir el 90% del Departamento, al finalizar el año y seguir fortaleciendo los proyectos productivos de los beneficiarios.