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Si de resiliencia se trata los colombianos estamos entre los primeros que tenemos madera para superar cualquier obstáculo, ya lo hemos demostrado con más de 50 años de sobrevivir a la violencia que nos ha azotado y que ha sido una constante en la historia del país.

Pero también lo revela un test realizado en 2018 por psicologos.com.co en el que se obtuvieron de 4.000 personas respuestas del 65.29% de resiliencia de los colombianos, en segundo lugar por debajo de los chilenos que destaca con un 66,11% de resiliencia. En tercer lugar aparecen los mexicanos con un 65.01%; en cuarto lugar, los argentinos con un 64,65% de promedio y en quinto lugar, los brasileños con un 64,45% de resiliencia.

'Resiliencia es el conjunto de comportamientos adaptativos en contextos de adversidad, por tanto es un proceso que implica el esfuerzo del individuo y de su entorno más inmediato para la superación de situaciones en principio 'traumáticas', explica Nubia Bautista, subdirectora encargada de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social.

En consecuencia es importante analizar los problemas con objetividad y establecer estrategias de acción que permitan contrarrestar las afectaciones producidas por el evento adverso o traumático. 'por ello, la actitud que se desarrolle ante la actual situación sanitaria y social será determinante no solo para superarla, sino para alcanzar mayor cohesión social. Una situación adversa como la generada por el COVID-19 no determina un destino, ese es un principio que enseña la resiliencia, asegura.

RECOMENDACIONES.

Bautista indicó que es importante dejar sentado que no existe una fórmula para desarrollar resiliencia pues cada persona, cada comunidad y cada sociedad, responden de manera diferenciada ante la adversidad. Sin embargo, teniendo de guía lo que la evidencia ha construido es posible señalar algunos elementos que contribuyen a fortalecer la resiliencia como respuesta a la actual crisis,estos elementos tine que ver con la capacidad para:

• Comprender y aceptar la actual realidad.

• Asignarle sentido y significado a la vida.

• Comprender que somos capaces de desarrollar estrategias que permiten hacer frente a la realidad actual y a la que ha de venir.

• Discernir la magnitud real del evento adverso, en este caso la pandemia por COVID-19.

• Plantear opciones propositivas con las que se cuenta para hacerle frente.

• En caso de ser necesario, puede comunicarse a la línea 192 opción 4.

Recalcó que los seres humanos por excelencia, tienen la capacidad de ser resilientes, así lo ha demostrado el proceso evolutivo vivenciado durante millones de año. Durante décadas el país vivió épocas de violencia y eso, de una u otra forma, hace que nuestra sociedad sea más resistente a eventos adversos y más resiliente.

'Eventos propios de la vida contemporánea así lo demuestran: accidentes de diversa índole, enfermedades, pérdida del empleo, rupturas afectivas, dificultades económicas, perdida de seres queridos, son solo algunos ejemplos de situaciones adversas y traumáticas, por las que atraviesa la especie humana, casi permanentemente viéndose por ende, obligada a desarrollar procesos de resiliencia y recuperación constante', agregó.

CARACTERÍSTICAS.

También se ha identificado una serie de características individuales que fortalecen la capacidad resiliente, como lo son el autorreconocimiento como seres inteligentes, el uso del sentido del humor conciencia de la capacidad de autocontrol, una adecuada autoestima, pensamientos que favorecen el optimismo, búsqueda de apoyo social; autonomía pensamientos que favorecen el optimismo, búsqueda de apoyo social, autonomía para la toma de decisiones y la iniciativa para construir/reconstruir el proyecto de vida.

Finalmente Bautista indica que la resiliencia no es necesariamente una capacidad automática, tanto es, que muchas personas se derrumban ante las adversidades gestionadas inadecuadamente, por tanto, 'esta debe promocionada para que pueda ser aprendida, de manera que una vez apropiada individual y grupalmente, facilite la vivencia de la experiencia adversa reduciendo la sensación de ser víctima de las circunstancias. Esto facilita la posibilidad de entender mejor los impactos generados por una situación adversa y poner en marcha diversas estrategias y recursos que permitan el fortalecimiento individual, familiar y comunitario'.