Más que contagiarse de la alegría de los barranquilleros, los hermosos sitios turísticos y la belleza arquitectónica; la deliciosa y variada gastronomía de Barranquilla da el toque perfecto para que propios y visitante aprovechen de la mejor manera la cocina costeña y la sazón de los curramberos.
Dentro de los amplios platos típicos que ofrece la ciudad, la mojarra frita, es uno de los más tradicionales junto a otros pescados como el bocachico en cabrito o frito, y el lebranche, que es acompañado por lo general con arroz con coco, patacones y ensalada.
Para Doris Méndez, Chef docente e investigadora en cocina tradicional, la abundante presencia de agua en mares, ríos, ciénagas y lagunas en la zona, ha incidido en que la diversidad de animales acuáticos sea materia prima en la cocina de los costeños.
'En toda la Costa es normal el uso de la lisa, el camarón, el bagre y el sábalo, estos se reflejan cotidianamente en las mesas populares de nuestra Región', dice la experta.
En la ‘Arenosa’ también se puede disfrutar de una cantidad de arroces como: el arroz de lisa, que se sirve con bollo de yuca, arroz de fríjol cabecita negra, de fideos, de chipichipi y el cucayo; todos, muy característicos de la cocina local.
Así como la diversidad de pescados y arroces, existe una gran variedad de sancochos como el de guandú con carne salada; de costilla, de rabo, de hueso, de sábalo, trifásico (con carne de res, de gallina y de cerdo), de mondongo y de gallina criolla ; los bollos, de yuca, limpio, de mazorca y de angelito; el queso costeño; el pastel y la hayaca; fritos como arepa de huevo, caribañolas, empanadas y el patacón; además del muy apetecido chicharrón, que nunca falta en las reconocidas esquinas barranquilleras.
Roberto Estarita, estudiante de derecho de la Universidad Simón Bolívar, asegura que en cada uno de estos platillos se encuentran impregnadas las raíces y la sazón de las poblaciones del Atlántico y del Caribe colombiano.
'Tenemos una riqueza culinaria muy grande, lo que más podemos resaltar es que se hace con mucho amor y con un sabor inigualable', señala.
En cuanto a las bebidas, el raspao, el boli, agua de panela, y los jugos de corozo, tamarindo, zapote y níspero son los más populares. Y si de dulces se trata, la alegría, el enyucado, la arropilla y las cocadas pisan fuerte en la ‘Puerta de Oro’.
Por último, en postres se puede degustar el arroz con leche y otros dulces preparados con coco, piña, papaya, tamarindo, pomelo, mamey, durazno, kiwi, y demás frutas tropicales que dan muestra de la identidad Caribe-barranquillera ante el país y el mundo.