El Junior de Amaranto sigue estando en deuda. Si bien consigue, por momentos, dar pasos importantes en ese trasegar irregular que lo ha marcado desde que el técnico antioqueño asumió las riendas del equipo (14 de septiembre de 2020) —eso lo ha mantenido en su cargo—, no logra, realmente, redondear una gran alegría, un éxtasis profundo, y no solo me refiero a la obtención de títulos.
Una gran alegría se puede obtener a través de un gran triunfo, de una actuación memorable, de una victoria que motive orgullo, ya sea por el rival o la fase en la que se consiga.
En 2020 dio “pasos importantes” —alegrías fugaces— en Liga, Copa Libertadores y Copa Sudamericana, pero cuando llegó el momento de dar ese gran golpe, de generar ese “éxtasis profundo”, el equipo se cayó y decepcionó.
Este año ha caminado en medio de una desesperante irregularidad. Pero ahí va, en finales de la Liga y peleando en fase de grupos de la Copa Libertadores, dos objetivos alcanzados. El ‘Amaranto Team’ nuevamente dando “pasos importantes”, pero sigue debiéndonos esa “gran alegría”.
Y ahora viene River. Ganarle al equipo de Gallardo, multicampeón continental, parece misión imposible si se toma como referencia la irregularidad de un equipo que no logra redondear dos o tres partidos seguidos ganando y gustando. Pero es ahí donde debe salir ese ataque de rebeldía que tienen muchos equipos para dar los grandes golpes sobre la mesa cuando en el panorama la lucha parece la de ‘David contra Goliat’.
Sí, River es superior. Sí, River es uno de los mejores equipos del continente. Sí, tienen al técnico más mediático del momento en este lado del mundo. Sí, son nóminas totalmente incomparables. Pero todo eso debe servir de motivación para sacar lo que siempre le ha costado a este equipo en las citas importantes y ante los equipos grandes del continente: fuego en el corazón.
A Junior le pido esta noche que compita, que dé la cara, que salga creyendo firmemente que puede lograrlo. Que no pierda el partido antes de jugarlo. Que salte al gramado del mítico Monumental convencido de querer dar una “gran alegría”, esa que la hinchada anhela tanto para poder conectarse, de una vez por todas, con este Junior de Amaranto.