Sorprendentes los tiempos que vivimos en Colombia y en el mundo. En Francia, cientos de miles de ciudadanos se manifiestan con rabia para derrotar la reforma pensional neoliberal de Macron, similar a la nuestra, que buscaba aumentar la edad y recortarlas más de lo que están. En Colombia, cientos de miles están en las calles desde el 21 de Noviembre. Siente uno que es algo distinto, que no es flor de un día, que miles de jóvenes y mujeres están participando, se escucha el “Baile de los que Sobran” por todos lados. Pero nuestro Congreso, corre raudo a aprobar una reforma tributaria nefasta, que entrega $9 billones en exenciones a las grandes empresas y grava mas a las clases medias y sectores populares. Los académicos que han estudiado el tema lo han dicho: si se cae la reforma, los ingresos tributarios del Gobierno aumentan! Duque nos trata como niños, ofreciéndonos tras días sin IVA, que sólo cuestan $200 mil millones, mas una devolución de $2 billones de IVA a los mas pobres, paso peligroso que si fructifica significa que mas tarde le pondrán IVA a toda la canasta, so pretexto de devoluciones a los pobres, en su populismo neoliberal. Se argumenta que ellos crean empleo, hipótesis que siempre ha fracasado en todos los países donde se ha implementado. Un parlamentario decía que en los últimos doce años se habían dado exenciones por mas de $20 billones, y el empleo hoy está cayendo. Todos sabemos que el empleo depende de la producción y las ventas, y no de las exenciones fiscales. Simultáneamente, este Congreso del régimen uribista-vargasllerista-pastranista-gavirista ya hundió proyectos para prohibir el fracking, contra la corrupción y otras iniciativas que el pueblo demanda. Por eso la gente está indignada.
Pero si a nivel nacional llueve, a nivel local no escampa. Nunca se habían visto manifestaciones en la noche por el Buenavista. Ahora, el Distrito nos sale por segunda vez en este año, con una operación de refinanciación de deuda mediante una emisión de bonos por $650,000 millones, dizque para ahorrar $144 mil millones en los créditos atolondrados que han hecho con los bancos, con la venia de nuestro sumiso Concejo. Para ello, ya tienen el aval de la firma Fitch, cuyo informe la ciudad no conoce, pero de cuya independencia yo dudo pues es contratada y pagada por el mismo Distrito. Lo que hay detrás de esto es simplemente una maniobra desesperada para recuperar flujo de caja, pues se sabe en la ciudad del atraso en el pago a muchos contratistas. La verdad es que yo dudaría de unos bonos que enfrentan vigencias futuras de casi $3 billones de pesos hasta el 2035. El alcalde electo Pumarejo ya dijo que ello era un símbolo de “solidez”, cuando le están “raspando la olla” antes que inicie su gestión. Parece que el pobre está muy maniatado, pues casi sigue el mismo gabinete, especialmente en las carteras donde se seguirá manejando la contratación en infraestructura. Ojalá que no le pase lo mismo que a Duque, pues tendríamos un sub-alcalde por cuatro años. En la gobernación el final es triste, dada la corrupción que ha reventado en Indeportes y en la Secretaría de Educación. Por eso, los que sobran seguirán bailando también en Barranquilla.