Le escuche algunas veces decir a mi madre: “Es que uno no termina nunca de conocer a su papá”, refiriéndose a cosas que iba conociendo nuevas de él a través de los años, hoy lo recuerdo con cariño al escribir esta columna.

Muchos matrimonios caen en la costumbre de no prestar atención a los detalles de la vida de su cónyuge. Uno de los miembros de la pareja, o los dos, apenas conoce los gustos, alegrías o miedos del compañero. Por ejemplo si al esposo le gusta y es muy apasionado de los deportes, a veces la esposa no entiende por qué, o no sabe cuál es su jugador favorito. Por otro lado, él no recuerda cuáles tratamientos de belleza hace su pareja, o cuál es esa marca de cosméticos que más le gusta.

Las parejas emocionalmente inteligentes, por el contrario, conocen íntimamente el mundo de su compañero. A eso se le llama un ¡mapa de amor! El mapa de amor es esa parte de la mente donde almacenamos toda la información relevante sobre la vida de nuestra pareja.

Los eventos importantes de la vida del otro, mantienen la información al día a medida que los hechos y los sentimientos del compañero varían. Si ella hace una ensalada, sabe cómo le gusta a él el aliño. Si ella trabaja hasta tarde, él le graba su programa favorito porque sabe cuál es y cuándo lo emiten. Él sabe lo que ella piensa de su jefe y sabe cómo llegar a su oficina. Ella sabe que a él le da miedo parecerse demasiado a su padre y no quiere repetir errores. Los dos conocen los objetivos vitales del otro, sus preocupaciones y sus esperanzas.

Sin este mapa de amor no podemos conocer a nuestra pareja. Y si no conocemos a una persona, ¿cómo podemos amarla de verdad?

Del conocimiento surge no sólo el amor, sino la fortaleza para sortear las tormentas matrimoniales. Las parejas que cuentan con un detallado mapa de amor están mucho mejor preparadas para enfrentarse a las dificultades y los conflictos.

Por ejemplo, una de las mayores causas de insatisfacción matrimonial y divorcio: el nacimiento del primer hijo.

El 67 por ciento de las parejas, en un estudio de recién casados, sufrieron una caída precipitada en satisfacción matrimonial cuando fueron padres por primera vez. El 33 por ciento restante no experimentó esta caída. De hecho, la mitad de ese porcentaje vivió una mejora en su matrimonio.

¿Cuál es la diferencia entre estos dos grupos? Las parejas cuyos matrimonios mejoraron después del primer hijo tenían detallados mapas de amor, según el estudio realizado a 50 parejas. Estos mapas de amor protegieron el matrimonio durante la conmoción, puesto que marido y mujer tenían la costumbre de mantenerse informados y eran plenamente conscientes de lo que el otro sentía y pensaba, no se perdieron en el huracán.

Pero si no comenzamos con un profundo conocimiento de nuestra pareja, es fácil que perdamos el rumbo cuando la vida cambia de forma tan súbita y drástica. El simple paso del tiempo puede afectar a la pareja de un modo similar. Cuando más comprendas y conozcas a tu pareja, más fácil te va resultar seguir conectado mientras la vida gira a tu alrededor.

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