El ambiente futbolístico de los años 30 tenía en la posición de centro delantero al máximo goleador de entonces. Eran los delanteros preferidos para hacer los goles. El centro delantero del Juventud era un barranquillero de racamandaca, Julio Torres. Sus compañeros de juego se movían en el terreno para que el hiciera la jugada final de gol.
De esta manera indirecta Julio Torres era el gran cosechador de la adversidad de todos los jugadores, Julio Torres cosechaba la adversidad de todas las defensas, como el gran receptor de todo el equipo
La posición de centro delantero del Juventud tenía llave para todos los equipos del Atlántico y podríamos decir de la alineación de la costa Atlántica si así se dispusiese por los delanteros costeños.
Esta posición de centro delantero encontró un adversario para centro delantero en la figura de Gabrielito Diazgranados, jugador graduado en Inglaterra a donde su señor padre lo había enviado a estudiar.
Julio Torres seguía siendo el centro delantero del Atlántico o estaba reemplazado por el nuevo centro delantero del fútbol del Atlántico, Gabrielito Díazgranados aparecido del cielo en esa posición.
Torres primero fue víctima de los defensas samarios y luego de los antioqueños que lo cogieron a patada en el campeonato nacional de fútbol en Barranquilla.
La víctima de una lesión estaba Torres señalado para ser el futbolista víctima, pero se atravesó un antioqueño que le fracturó el tobillo en dos partes a Gabrielito Diazgranados.
Esto fue parte de las quisicosas que se vieron en el Nacional de Futbol de Barranquilla.