Al boxeo estadounidense entró un día de 1940 un joven alto y delgado, quien primero quería ser basquetbolista y luego jugador de béisbol de Grandes Ligas, pero finalmente se decidió por el pugilismo. Rápidamente se abrió camino entre las huestes pugilísticas de aquellos años. Iba aumentando de peso hasta llegar al peso mediano.

Su nombre, Billy Conn, que tenía atracción de galán cinematográfico y de atracción para las chicas. Finalmente Conn se detuvo entre mediano y peso completo, y por último se decidió por la división semicompleta.

En el lapso de un año Conn había barrido con la división. Más que pronto los amigos de las grandes ovaciones en el boxeo lo señalaban como el gran opositor del monarca de todos los pesos: Joe Louis. Y se pactó la pelea entrenada con muy buenos pesos completos que se veían sobrados de la velocidad del gran prospecto.

La pelea pactada a 15 asaltos en el Yankee Stadium se vio más que pronto la rapidez de Conn. Al cerrarse el décimo round se vio que Billy Conn tenía ventaja en las tarjetas de los jueces; sumados dos rounds más era evidente la superioridad del retador. Pero llegó el décimo tercer asalto y el retador aumentó su ventaja.

Conn se fajo estúpidamente con Louis en un intercambio de golpes. Recibió una derecha que lo depósito en la lona. Trató de levantarse y las piernas no se lo permitieron cayendo hasta el conteo final.