Recientemente muchas personas me han preguntado qué es eso de la economía naranja, un término que se ha puesto de moda en las últimas semanas por ser uno de los pilares de desarrollo del gobierno del presidente Duque. Vale la pena aclarar que este no es un concepto nuevo, ya que se viene hablando de industria cultural desde mediados del siglo pasado y en 1994 se introduce la expresión industria creativa en la política cultural australiana. El término economía naranja proviene del libro publicado por el BID en el 2013 y escrito por el hoy presidente Iván Duque y Felipe Buitrago, titulado: La Economía Naranja: una oportunidad infinita. Economía naranja, industrias creativas, industria cultural, economía creativa, economía del conocimiento, son términos que tienen el mismo trasfondo: la creatividad como recurso.

Las antiguas fábricas abandonadas, en donde el trabajo era repetitivo, se están llenando hoy de nuevo contenido: espacios para que las personas puedan crear, producir y exhibir sus creaciones. En Barcelona, Fabra i Coats era una antigua fábrica de textiles que hoy es una fábrica de creación. En Barranquilla, la antigua fábrica de Coltabaco se convertirá pronto en la Fábrica de Cultura, un espacio adecuado en donde los creativos podrán trabajar y exhibir sus muestras sin costo. La producción realizada mecánicamente, propia de la sociedad industrial, cede hoy el protagonismo a las ideas, a la creatividad y a la innovación, las cuales están en el corazón de la era del conocimiento.

La economía naranja está compuesta por industrias que tienen su origen en la creatividad y tienen potencial para crear empleo y riqueza a través del aprovechamiento de la propiedad intelectual. Algunos ejemplos incluyen la industria audiovisual, la editorial, el diseño y el software de contenidos. También hacen parte de esta economía las artes visuales, las artes escénicas y aquellas relacionadas con el patrimonio y el turismo, como la gastronomía, las artesanías y los festivales.

¿Pero por qué generalmente un padre prefiere que su hijo estudie derecho antes que teatro o música? Porque se tiene la concepción que de la música y del teatro no se puede vivir. Pero, ¿quién dijo que no?. Es el mismo rechazo a este tipo de labores lo que ha generado que la creatividad no se estimule o no se promueva el vivir de esto. Sin embargo, con acciones y políticas adecuadas podemos lograr lo que países como México han conseguido. ¡La economía naranja ocupa al 11% de los trabajadores del país!

El presidente Duque ha manifestado el interés de trabajar para duplicar el impacto de la economía naranja en el PIB. Esto se hace logrando que cada vez más creativos puedan vivir dignamente de su oficio, lo cual generalmente no se le enseña a un músico o a un artista plástico, por ejemplo. Se les debe brindar acompañamiento, así como espacios adecuados para la creación, producción y exhibición y entornos propicios que les permitan relacionarse entre ellos, como son los distritos creativos. Estas son solo algunas de las maneras en las que podemos aprovechar la oportunidad que nos brinda la economía naranja de estimular el desarrollo económico y social de la población colombiana.

@DCepedaTarud - Daniela@cepedatarud.com