El Carnaval de las Artes completa los primeros doce años de entrada libre como un evento que ha sido posible gracias a la generosidad de sus patrocinadores, de las entidades hermanas que facilitan sus locaciones, de los artistas invitados y del equipo de directores, productores, diseñadores y comunicadores profesionales que nos acompañan.
Esta ciudad, que ama su Carnaval, ha aceptado disfrutar el ángulo de reflexión y de creación que ofrece nuestro evento múltiple. Creemos que pensar la imaginación y las disciplinas que la conjugan, mejora no solo nuestra compleja condición humana sino las calidades de nuestra manera de vivir, una de ellas nuestra gran fiesta de carnaval. Con nosotros, la ciudad ha aceptado –y disfrutado– que la creatividad y el Carnaval se piensan.
El Carnaval Internacional de las Artes es pues un regalo colectivo, una fiesta de carácter público dirigida a nuestros conciudadanos, a sus familias, a sus jóvenes, a sus niños. Un regalo de 40 sesiones en formato mitad conversatorio, mitad performance, que realizamos con igual número de artistas e intelectuales, sesiones que –y en esto quiero ser enfático– el público debe conocer con anticipación para programarse y asistir, según personajes, temáticas y lugares.
Vienen Ciro Guerra, Jaime Manrique, Wilfrido Vargas, Lola Vendetta, Javier Covo, Juan Pablo Echeverri, Barto, Aida Bossa, Ivo Díaz, Poncho Zuleta, Mauricio de Santis, Alfredo Gutiérrez, José María de la Puente, Valter Rado, Chris Lynam, Jamie Culliton, Divas by Jiménez y muchos más.
Nada haríamos posible sin el concurso de los comunicadores. Nada sin la colaboración de los medios y de los divulgadores en redes sociales. Es mediante ellos que nuestra ciudadanía accede a la información de lo que el evento anuncia y promete. Quiénes vienen, quiénes son, cuándo y dónde se presentan. Estoy hablando de un evento dirigido a una gran audiencia, del derecho a la información y del derecho a ser informados, ese derecho a saber qué tiene cada uno para luego decidir y obrar en consecuencia.
Más allá del cubrimiento del evento, algo que con habilidad hacen los periodistas durante los cuatro días del mismo –en esta ocasión, del 25 al 28 de enero– pedimos que nos ayuden a informar a toda la ciudad en qué consiste y cómo será este regalo versión 2018; quiénes son los artistas que vienen a reflexionar sobre su oficio, cómo, dónde y cuándo mostrarán su creatividad y con qué interlocutores construirán su diálogo. Solo así, con tanta generosidad de su parte, con ese regalo intermediático podrá cada barranquillero ejercer su derecho a disfrutar de nuestro evento, el duodécimo Carnaval Internacional de las Artes, en últimas una revista, también preparada por comunicadores.
Gracias, entonces, colegas, por hacer suya esta fiesta, por comulgar desde hoy con nosotros, por su solidaridad en informar, porque In-formar es tarea suya y de nosotros. Y porque apenas contamos con escasos 14 días.