Oxígeno al boxeo. Era justo y necesario, tras el show ridículo de Mayweather y McGregor, ver dos perros de presa devorarse en el cuadrilátero. Golovkin y ‘Canelo’, con 77 nocauts sumados entre sus récords, vaticinaban un combate histórico. Y vaya que sí lo fue. No creo que tenga el rótulo de la pelea del siglo, pero de lejos, la del año.
Si bien el empate retribuye al aficionado el espectáculo visto en el ring y aviva el morbo en la revancha, vi ganador a Gennady Golovkin, el popular ‘Triple G’, el rey de los medianos.
Confieso, pese a apostar siempre por el kazajo, que esperaba a un ‘Canelo’ imponiendo el ritmo y distante de las cuerdas. Aún más cuando el escenario era el T-Mobile Arena, donde había saltado dos pleitos antes, el último cuando masacró a Julio César Chávez Jr.
Golovkin conectó mejores golpes y siempre buscó al azteca. Por eso quedé estupefacto cuando se divulgó la tarjeta de la jueza Adelaide Byrd, quien calificó 118-110 a favor del mexicano. ¡Sí, 118-110! Me pregunto todavía asombrado: ¿Realmente la jueza observó el combate?
Mientras se define hora, fecha y lugar de la revancha a la que ‘Triple G’ dio el sí, espero que Byrd no juzgue y que en el ring, como el sábado, no haya ni amor ni amistad.