Las cifras del presidente
La Asamblea anual de Confecámaras en Cartagena escuchó al presidente Santos, por última vez en su calidad de tal. Los empresarios afiliados, los embajadores invitados, que saben mucha “letra menuda” y por supuesto con mayor razón los televidentes, quedamos abundantemente informados de las buenas nuevas, que el orador fluidamente trasmitía, de los logros y aportes materiales y sociales de su reciente trienio. En resumidas cuentas; auto-observémonos en cada región, distrito o departamento: ¿Estamos sí o no mejor que antes, que hace 10 o más años? Obvio que habrá decisiones, modo de resolver situaciones, o hechos ahora conocidos e impactantes, que es preciso aplicarles el trámite establecido, que de paso así sea imperfecto, es lo que está previsto y normado. Cualesquiera leyes con mejoras reformatorias que se produzcan, como en todo Estado de derecho en el mundo, regirán para después de su sanción y promulgación.
Las cosas no van bien
Ese sentimiento interior que algunos hemos tenido y que se repite con frecuencia por muchos observadores, pero también por quienes no miran los toros desde la barrera, sino desde la arena del diario transcurrir, llámese negocio comercial, fabricante de algo, constructor, corredor o arrendador de bienes raíces, ganadero preocupado por la aftosa controlándose, productor agrario afectado por las importaciones subsidiadas, es absolutamente normal que haya tenido que quejarse ante la percepción de un mal semestre anterior. Pero como decían nuestros mayores, nos toca ponerle “al mal tiempo buena cara”. Tenemos que pensar nuevamente en forma positiva. No en el mal que nos ha aquejado, sino en cómo nos restablecemos. Quien se partió la pierna, pues a usar unas muletas mientras se requiera. Al que le dio una isquemia cerebral y ahora tiene limitaciones de habla, pues hay tratamientos recuperadores y al que le quedaron después dificultades de locomoción, pues con disciplina y constancia acudir a la fisioterapia recuperadora. ¿Se nos cerraron unos mercados? Pues a viajar a buscar otros, que el mundo es más grande.
Aquí va a pasar algo
Un cuento de García Márquez relata que en un pueblo de la zona Bananera alguien tuvo la “corazonada” de que en su pueblo “iba a pasar algo” y se encargó de repetirlo a muchos vecinos, más adelante se produjo un incendio y los campesinos en vez de actuar e ir a ayudar a apagar el fuego, salieron corriendo hacia la carretera y desde allí presenciaron cómo entre sus casas de palma se propagaba el incendio. Lo que iba a pasar, pues estaba pasando. Si hubieran actuado, tal vez sus casas se habrían salvado. Estamos a tiempo para trabajar y modificar lo que nos esté sucediendo.
Obras distritales demostradas
Durante el Encuentro regional de Infraestructura, que la semana pasada organizó la Cámara Colombiana de Infraestructura, que presiden los ingenieros Luigi Pugliesse y Carlos Rosado, fueron muchos los que se “desayunaron” conociendo las obras distritales de Barranquilla que con la ayuda de un video, Ana María Aljure, secretaria general de la Alcaldía, mostró ante la numerosa y calificada concurrencia, como la del Contralor General de la República, el viceministro del Transporte y el director de Cormagdalena, entre otros personajes. Los barranquilleros, del norte, salvo contadas ocasiones, poco transitan por los barrios del sur. Ellos han escuchado de pronto que se inauguraron unos pasos y caminos, y es posible que no relacionen esos vocablos con salud popular, con buenos hospitales de niveles medio y también alto, además con los mejores equipamientos. Pero sobre todo algo socialmente estratégico para el oportuno servicio, cercanos a los pacientes. Como vienen los Juegos Centroamericanos, la filmación del estado actual de cada escenario fue socializada; el proceso avanza y las inversiones con la colaboración económica importante de la Nación se van realizando. El gobernador Eduardo Verano también “se bajó del bus” para apoyar las obras deportivas en su capital .